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2018-02-22 00:00:00

«El día que resistía», fábula argentina sobre los niños en la Berlinale

Por Jon Apaolaza
Noticine.com-CorreCamara.com

En el apartado infantil y juvenil de la 68 Berlinale, Generation, la argentina Alessia Chiesa participa con su fábula "El día que resistía". La joven cineasta, que antes pasó por la rama formativa del festival, Berlinale Talents, compartió en charla exclusiva con Noticine.com la experiencia ahora como participante activa en el que califica como mejor festival del mundo.

- ¿Qué cuenta en "El día que resistía"?

Es mi primer largometraje de ficción y cuenta la historia de tres niños pequeños que son hermanos y se encuentran solos en una casa aislada en el campo esperando el regreso de sus padres. Los padres no vuelven y se trata de qué hacen ellos durante esta espera, en qué se transforma su mundo.

- La película se programó en la sección infantil Generation. Los protagonistas son niños. ¿Diría que es una película sobre niños o para niños?

Igual yo no la llamaría la sección de cine infantil. La sección donde está la película es sobre niños, no tanto para niños, pero la película puede ser vista por los dos. Está muy relacionada con la temática del cuento. Y tiene una moraleja, pero no quiero decir cuál es la moraleja, cada uno la tiene que descubrir viendo la película.

- ¿No pensó al escribirla en un tipo de público concreto?

Es interesante... porque en realidad nunca pensé en un público, lo que sí me doy cuenta ahora que el público inconsciente mío era un público adulto, porque es un público con el que me identifico yo siendo una persona adulta, pero también me di cuenta que con el proyecto de hacer una película con niños no profesionales e ir al encuentro con ellos y que ellos reescribieran la película conmigo, ahí reconocí al final de la película que en realidad esta película estaba contada por ellos, y por ende el potencial público era también infantil, no era solo mi identificación como adulto y directora de cine como mi historia, sino lo que ellos estaban contando hacia la propia infancia. Es decir, cualquiera, un adulto tambiñen, se puede relacionar con un cuento infantil como el que ellos están contando, pero los niños se relacionan un montón también con eso porque los niños están hablando el mismo idioma que otros niños.

- Alguien dijo que lo que no debe de hacer nunca un cineasta es trabajar con niños y animales..

Sí, en realidad se volvió la apuesta principal de la película, casi como si hubieras dicho es lo que no hay que hacer lo que voy a hacer, una película con niños y un perro. Sí, mi desafío era por qué se dice eso de las películas, cuando generalmente un rodaje tiene toda una parafernalia y una estructura muy compleja de manejar y muy cara que hace tener que ocuparse de los niños que tienen un mundo y un tiempo diferentes, tienen otro "approach" a la actuación porque en general no son actores, no son profesionales, hace que sean incompatibles con esa estructura económica y de rodaje, entonces por eso dije bueno entonces hagamos una película que sea solo con niños para poder adaptar todo eso a ellos.

- ¿Y le costó dar con esos niños que fueran capaces de actuar?

No fue muy complicado, pero fue largo el proceso que yo tuve que pasar antes de decidir de qué manera yo iba a conseguir a estos niños, porque no era mi intención conseguir niños actores que hubieran podido hacer como un camino más directo. Tenía justamente ganas de que los niños narraran sus propias vivencias y fueran naturales y aportaran cosas de su propia personalidad. Que armaran un personaje conmigo y con la película. Entonces para esto yo tenía ganas de castear chicos que no tuvieran ningún tipo de experiencia previa en el cine y acercarnos a ese mundo era difícil porque generalmente si los chicos no son actores, es raro que estén buscando estar en una película. Entonces conseguirlos y de qué manera darnos cuenta de que estos chicos tenían el potencial de engancharse con el proyecto que yo venía a proponer. Ese fue todo un trabajo de mucha preparación, de investigación sobre la infancia, sobre los juegos, sobre las ciudades de los chicos. Trabajamos mucho con la coach para armar una serie de workshops que al final terminaron siendo como un casting en el cual conocimos a un montón de chicos y nos pusimos a ver de qué manera interactuaban entre ellos, relacionándolos con juegos entre ellos que tenían que ver con la película y desde ahí hicimos una preselección y los volvimos a convocar y armamos otros juegos como que ya estábamos preparando la película, mientras que íbamos poniendo a estos chicos que se enganchaban cada vez más con la película y con los juegos.

- ¿Tiene algo de autobiográfica, la película?

Era un tema que me interesaba, sí, seguramente por experiencias personales, o sea, la película estaba inspirada en recuerdos que yo tengo de mi propia infancia, tenía ganas de contar una película sobre la infancia, sobre mi punto de vista de la infancia, pero también desde la infancia. A través de niños que no fueran una idea mia de la infancia, sino que ellos mismos aportaran su veracidad actual de niños, entonces eso para mí era el tema que guiaba la historia antes que la historia.

- ¿Qué tal le ha dio en este festival y qué opina de él, tras conocerlo como estudiante primero y luego en tanto que cineasta?

El mejor festival del mundo. Amo el festival de Berlín, siempre quise venir acá y no puedo creer que la película esté en el festival que más me gusta del mundo. Me parece que es un festival muy profesional con una exigencia en la selección impecable, con unos programadores de altísima gama y muy a la altura técnicamente. Tienen unas salas impresionantes, se ocupan de todo, desde el detalle más mínimo al más general hay un equipo atrás ocupándose, son súper profesionales y me encanta. Me parece que es algo muy enriquecedor, como que es algo que se agradece mucho siendo director, cuando uno termina una película hay alguien detrás en un festival haciéndose cargo de eso, me parece que eso no tiene precio.