Crítica: «Los árboles no dejan ver el bosque». Tríptico de Cherán, en FICUNAM
Por Samuel Lagunas
En 2011 la comunidad purépecha de Cherán consiguió la autonomía. Desde entonces, son sus usos y costumbres las que rigen la vida en el pueblo. Hubo dos razones de peso para buscar la autonomía: los vínculos del narcotráfico con los funcionarios públicos y la tala excesiva que estaba acabando con todo el bosque. En “Los árboles no dejan ver el bosque”, el director mexicano Gastón Andrade explora esta última razón aunque sin ahondar demasiado en la cosmovisión religiosa que fundamenta el cuidado de la naturaleza entre los purépechas. El filme es parte de la programación del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM).
Contada en tan sólo 11 minutos y estructurada a manera de tríptico, este documental inicia con un alud de imágenes y sonidos que descolocan al espectador para luego dar paso a una serie de planos fijos con un propósito claro: representar la fraternidad que existe entre los habitantes de Cherán y los árboles. De nueva cuenta un sonido chirriante irrumpe esta secuencia y el horror se muestra en la pantalla: hectáreas devastadas, troncos mutilados, incendios que abrasan el pasto. Este inicio poco convencional va cediendo formalmente ante estrategias más tradicionales: los planos adquieren mayor dinamismo, los rostros se convierten en voces y en testimonio. Elementos de la guardia comunitaria custodian el bosque armados con pasamontañas y fusil dicen sus motivos para proteger los árboles: “una vida es un pinito”, al mismo tiempo que hacen un llamado a quien se obstinan en la tala inmoderada y en proyectos que conllevan la aniquilación de zonas enteras de bosque. Andrade dedica los últimos minutos del corto al vivero, una de las tres empresas que los habitantes de Cherán han iniciado y consolidado en estos 5 años de autonomía; hombres y mujeres, niños y ancianos, todos unen sus esfuerzos para llevar a cabo las actividades requeridas. Esta tarea, al final, tiene que hacerse con amor y compromiso con las futuras generaciones que vivirán allí.
Desde su participación como guionista en el corto “Río Lerma” (Esteban Arrangoiz, 2011), Andrade ha mostrado interés en explorar los efectos devastadores de las actividades humanas en la naturaleza y algunas formas de autoorganización ideadas para combatir y prevenir el deterioro. Cherán es un ejemplo cumbre de lo segundo, de ahí el valor testimonial y ejemplar del cortometraje. “Los árboles no dejan ver el bosque”, a pesar de lucir superficial en el tratamiento del tema y de no lograr acortar la distancia entre documentalista y documentados, nos asoma a un rostro muchas veces olvidado de la violencia en México: el ecológico; así, deja en claro que toda la vida está interconectada y que, si queremos salir del escollo en que como sociedad hemos caído, hay que empezar por darnos cuenta de que la vida no se restringe solamente a lo humano.
Ficha técnica:
Título original: Los árboles no dejan ver el bosque. Año: 2016. Duración: 11 min. País: México. Dirección/Guion/Edición/Sonido: Gastón Andrade. Fotografía: Ariana Romero.
