Crítica: «Julieta», un rompecabezas al estilo Almodóvar
Por Ali López
“Julieta” (España|2016) es un Almodóvar, un filme donde el director español explora y explota lo mejor de sí. Julieta es la chica Almodóvar convertida en flashback, pues gran parte de la cinta se construye de remembranzas, de secretos y mentiras. Julieta es la mujer de hace algunas décadas que deambulaba entre la liberación femenina y la tradición puritana, es el choque. Se impacta una y otra vez con el ser y el deber ser. Julieta absorbe la hostilidad del mundo a la vez que la fomenta. Julieta se hunde, se contrae, se hace ínfima; pero sólo así se expande.
Julieta es quienes la acompañan, su hija ausente, su madre enferma, sus hombres de roca frágil y la añoranza de una época que no aparece. Almodóvar da por entendidos los 90, se concentra en unos 80 alborotados y despampanantes; la edad duele. Chavela fulmina el acto con su eterna poesía y clama por un amor que se necesita. Julieta está sola, a pesar de la compañía. Una historia de vida, de volteretas, de un encuentro fortuito que desencadena la melancolía. De ciclos que se abren, se cierran, pero no cicatrizan; souvenirs de una vida donde cada centímetro cuenta. El rompecabezas que es Julieta nadie lo arma, nadie más que ella. Los vericuetos de una vida adulta pasmada, intacta, hasta que llega el caos, hasta que la tristeza desata la tortura del secreto que oprime el alma.
El nuevo siglo te espera, Julieta, y nada cambia; las madres son madres y las lágrimas lágrimas. Una carta, en la época del celular y la PC, Julieta, tú eres una carta. La que tú misma escribes, la que tú misma acabas; la que nadie más es leerá, pues tu letra firme horada; como tus senos, como tu mirada.
Julieta de Almodóvar; de rojos intensos, azules bramantes y amarillos que claman; el arte, nacido del día que Dalí fórmico con Velázquez. Julieta: el meta-drama, la tragedia griega, la Odisea sin Ulises, a la mar, abierta, naufraga. Julieta joven (Adriana Ugarte), Julieta vieja (Emma Suárez); Julieta siempre niña en busca de ser abrazada. La fotografía intimista que basa en reflejos sus evidencias, en rostros desencajados sus altanerias y es al mismo tiempo Hitchcock que Kubrick que el Pedro de la vieja España. Julieta de Almodóvar, Almodóvar de Julieta, el 2016 llegó y nada deja, más que tú, Julieta, que estarás siempre a la espera.
