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2015-11-14 00:00:00

«Desde allá» y «Un monstruo de mil cabezas», cartas fuertes para premios en Los Cabos

Por Hugo Lara Chávez
Desde Los Cabos

“Desde allá” y "Un monstruo de mil cabezas" son dos de las películas mexicanas que compiten por un premio en Los Cabos Film Festival (junto con "Chronic" de Michel Franco, la cual ya reseñamos), dentro de la Competencia Los Cabos que reúne filmes de México, Canadá y Estados Unidos. "Desde allá" es dirigida por el venezolano Lorenzo Vigas y es una coproducción México-Venezuela, que comenzó su recorrido por festivales con el pie derecho en Venecia, donde obtuvo el codiciado León de Oro. "Un monstruo de mil cabezas" es la cuarta película del uruguayo radicado en México Rodrigo Pla, quien reafirma con ella sus buenas condiciones como realizador que ya había mostrado en sus anteriores trabajos.

La opera prima de Vigas (Venezuela, 1967) es un guión del propio director y del mexicano Guillermo Arriaga, quien también es uno de los productores junto con Michel Franco, Gabriel Ripstein, el actor Edgar Ramírez y otros. Ambientada en Caracas, la trama cuenta la peculiar relación entre dos hombres completamente opuestos. Armando (Alfredo Castro), un dentista de edad madura con buena posición económica, quien lleva a su casa a jóvenes callejeros a los que les ofrece dinero a cambio de que se dejen mirar desnudos para masturbarse. Así entra en contacto con Elder (Luis Silva), un pandillero que acepta su propuesta pero en el momento decisivo lo hiere y roba. En vez de denunciarlo a la policía, Armando lo busca de nuevo y comienza con él una relación insólita, primero cifrada en la conveniencia, luego en la amistad y por último en un amor insospechado.

La película de Vigas es un relato intimista sobre el vínculo entre dos hombres solitarios que en apariencia no tienen nada que compartir pero que logran encontrarse pese a la hostilidad de sus entornos y a la soledad que los agobia. La realización y el guión tienen el acierto de construir sus personajes con buenos trazos, permitiendo conocerlos en sus respectivos ámbitos y con sus relaciones cercanas, pero dejando algunos misterios que se van  resolviendo conforme avanza la trama. En la medida en que conocemos las contradicciones de esos personajes, la narración adquiere mayor profundidad e interés, motivado por los sorpresivos giros de tuerca de las acciones.

El director también se apoya en una propuesta estética atractiva, con los juegos de fuera de foco y una ambientación sobria y algo opresiva. Asimismo, el intríngulis de la narración, de ritmo pausado pero no lento y que evita los diálogos, es favorecido por la soberbia actuación del chileno Alfredo Castro, así como el joven Luis Silva, quienes forman una dupla muy consistente en pantalla.

“Desde allá” tiene una conexión directa con “La virgen de los sicarios” (1999) película de Barbet Schroeder situada en Medellín, Colombia, y que también alude a la relación sentimental entre un hombre culto ya maduro y un joven pandillero. “Desde allá” es un filme que, al margen del tema de la homofobia, combina con sensibilidad e inteligencia elementos tan opuestos como la violencia y la ternura; la crueldad y el amor, en suma, las pasiones en efervecencia. Y el entorno deprimido de la ciudad de Caracas (pero que podría ser cualquier gran ciudad latinoamericana), entre sus calles sórdidas y ruinosas, le confiere una belleza aun más extraña a la trama y a sus protagonistas, aquella propia donde cobra vida la soledad en medio del tumulto.

Por su parte, "Un monstruo de mil cabezas" relata la historia de Sonia Bonet (Jana Raluy), una mujer madura que tiene que hacerse cargo de la enfermedad de su esposo afectado gravemente de cáncer. Sin embargo, recibe la negativa de parte de su compañía de seguro de autorizar un tratamiento muy costoso. Convencida de tener los argumentos a su favor, visita acompañada de su hijo Darío (Sebastián Aguirre) al doctor Villalba (Hugo Albores), quien firmó la negativa. Este es el primer eslabón de una cadena de actos desesperados que, a lo largo de un día, lleva a acabo la mujer junto a su hijo a través de la ciudad y que los pone al final en una situación extrema.

Uno de los principales valores de “Un monstruo de mil cabezas” (2015) es precisamente el guión, basado en una novela de Laura Santullo, esposa del director y guionista con la que ha hecho dupla también en sus filmes anteriores: “La zona” (2007), “Desierto adentro” (2008) y “La demora” (2012). En la narración se juega con distintos puntos de vista de variados personajes para ensamblar la trama, lo que funciona para generar contrapuntos y rompimientos que estiran la tensión o la desahogan con ingenio.  La desesperación es el motor que mueve al personaje protagonistas, interpretada estupendamente por Jana Raluy, que da vida a una mujer enérgica y resuelta en un “día de furia”, aludiendo al filme "Falling Down" (1993) de Joel Schumacher. En este caso, la mujer lucha contra un sistema corporativo burocratizado e inhumano, un “monstruo de mil cabezas” representado por los ejecutivos a los que va sometiendo uno por uno, hasta llegar a una situación límite. En la desesperación de la mujer también se asoma la determinación del cariño hacia su esposo (al que por cierto nunca vemos en pantalla), hacia su familia, hacia su hijo, así como la vulnerabilidad de su aparente estabilidad. Y en esta crónica vertiginosa sobre una mujer común luchando contra el sistema, el director deja ver su sensibilidad e inteligencia para aportarle la ternura necesaria a su personaje.

Plá filma “Un monstruo de mil cabezas” con un tono en el que se permite cierto humor, siempre con sobriedad y elegancia, apoyado visualmente en la dirección de arte de Bárbara Enríquez y Alejandro García que aplican una paleta de colores de gamas verdes y ocres, así como en el gran trabajo del fotógrafo Odei Zabaleta, quien utiliza en planos recurrentes los reflejos en los vidrios, así como otros recursos originales, como el punto de vista de alguien que espía. El director también emplea elementos sonoros, como los partidos de futbol, para generar una sensación de lo cotidiano mientras se desarrolla su trama frenética y absurda, tan absurda como es la realidad misma. En este sentido, hay varias escenas bien logradas que demuestran esa mirada hacia la realidad absurda, como la que transcurre en el club deportivo o en la casa del doctor Sandoval (Emilio Echevarría). Igualmente, vale la pena observar el aporte que hace el conjunto actoral además de la protagonista, como el joven Salvador Aguirre, así como de las breves apariciones de Daniel Giménez Cacho, Harold Torres, Marisol Centeno y otros.

Sin duda que "Desde allá" y "Un monstruo de mil cabezas” son candidatas naturales a alguno de lso premios que otorga Los Cabos Film Festival.