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2015-08-31 00:00:00

Adiós al maestro Wes Craven

Por Ali López

Hoy ha muerto un hombre importante para el cine, una persona que paradójicamente vivió de la muerte misma, de nuestro miedo, del miedo de todo ser humano; el miedo a morir. Wes Craven, fue un creador de pesadillas, de monstruos modernos; de temores perdurables que han logrado traspasar generaciones. Dirigió más de 20 cintas, escritas por él la mayoría de las veces. Dos son sus sagas importantes para el Terror, “Pesadilla en la calle del Infierno” y “Scream”, además de otras cintas pilares para el género como  "The Hills Have Eyes" (1977) o “The Serpent and the Rainbow” (1988). Además del terror, este cineasta estadounidense, nacido el 2 de agosto de 1939, participó en géneros como la comedia, la comedia romántica e incursiono en la televisión en el remake ochentero de "The Twilight Zone".

El mundo conoció a Wes Craven en 1972, con el estreno del brutal filme “The Last House on the Left”. La película contaba la historia de dos jóvenes que son ultrajadas y asesinadas por un trio de maleantes, sin embargo, esta banda de criminales terminarán atrapados en su propio juego, y la venganza a la muerte de las chicas llegará. La cinta impactó a propios y extraños, visualmente es desgarradora. Un remake de éste título, estrenado en el 2009 no fue capaz de superar ni honrar a la cinta de Craven, que hasta hoy funciona. El cineasta norteamericano supo tocar las fibras más sensibles del terror humano. Ya nadie se podía sentir tranquilo, la violencia acarreada tras la primera mitad del Siglo XX había culminado con la denigración social, y la solidez familiar podía ser la única salvación. Wes Craven supo cómo entregar todo este discurso en una cinta sencilla, de poco presupuesto, pero que supo colocarse no sólo en el top de la taquilla, sino en la historia del cine de terror, que la tiene como una de sus mejores cintas.

Su siguiente cinta notable es “The Hills Have Eyes”, y su segunda parte “The Hills Have Eyes Part II”, estrenada en 1984. Dos piedras angulares del gore y el horror psicótico de los últimos años. Craven vuelve a crear una estética grotesca y peculiar, acentuada por el acertado descubrimiento de Michael Berryman, un freak en toda la extensión de la palabra. Wes Craven también dirigiría la adaptación a cine del cómic “Swamp Thing” (1982) que junto con el re-boot escrito para DC por el maestro Alan Moore, ayudaría a este título a volverse en una historieta de culto.

Su cinta más popular, “The Nightmare on Elm Street”, se estrenó en noviembre de 1984

Sería en 1984 cuando llegaría la que es, tal vez, su cinta más popular. Escrita y dirigida por él, “The Nightmare on Elm Street” se estrenó en noviembre de aquel año. Con un cine de terror sobrado de asesinos enmascarados, los llamados slasher, Craven generó nuevos bríos para el género. Freddy Kruger es uno de los personajes más populares del cine, es en ésta cinta en la que se nos presenta. Nacido de la mente del escritor y director, a Freddy se le distingue por esas notables señas y cualidades. Kruger ha rebasado lo puramente cinematográfico, llegando a participar en videojuegos, televisión, remakes, reboots, cómics y elementos de la cultura popular como memorabilia y objetos de uso cotidiano; un rockstar del horror moderno. La cinta, primera de una larga lista, es horríficamente original. Los asesinatos cometidos por este villano que habita los sueños, son más notable, y mucho mejor logrados, que los de sus colegas. El gore no es aquí simple, no es el acuchillamiento solo por el acto mismo de hacerlo. Craven nos introduce al terror, a una verdadera pesadilla; maneja un verdadero suspenso, sobresale al horror acontecido en la época. Un joven Johnny Deep es participe de esta obra, y es protagonista de una de las escenas más sangrientas, delirantes e impactantes del cine. Esta “Pesadilla”, la primera de todas, es sin duda alguna la mejor de todas. Craven decidió dejar a su hijo pródigo  y permitió que otras manos crearan sus propias versiones. Sin embargo, cuando la broma se había vuelto un mal chiste y comenzaba a ser ridícula su presencia, Wes Craven retomó las riendas y creo "New Nightmare" (1994) donde reivindicaba a Freddy, a la vez que se burlaba de las tantas versiones anteriores, y de su propia persona.

Él fue de los poquísimos directores capaces de conocer sus errores y superarlos de la mejor manera, riéndose de ellos; autoparodiándose  y aprendiendo de aquellos tropezones. Así llegó, a mitad de los 90, “Scream” (1995), cinta que pretendía retomar el género slasher, pero sin tomarlo demasiado enserio. En esta película lo mismo hay risas que sustos, lo mismo misterio que parodia, y sin duda alguna, logró lo que se proponía; el género de las cuchilladas regresó (con títulos como “Sé lo que hicieron el verano pasado”) y dotó a una generación de un nuevo monstruo: Ghostface. Wes Craven decidió no cometer el mismo error que con “Pesadilla” y dirigió las cuatro entregas de la saga (sin saber que la cuarta parte sería su última cinta dirigida). “Scream” fue decayendo, como su filmografía, pues su terror ya se había vuelto anacrónico, sin embargo, Craven nunca perdió el rumbo, sus dotes de realizador no fueron para abajo, lo que sucedió es que el terror cambió y le fue difícil adaptarse a ello. En la primera parte de “Scream” encontramos lo mejor del terror norteamericano de la última década de Siglo XX, terror que se mezcla otra vez con risas, pero no involuntarias; Wes Craven sabía lo que quería, como lograrlo, y hacer que funcionara.

Muchas más cintas importantes de este director faltan por ser mencionadas y analizadas, pero ya habrá tiempo para ello; lo que hoy importa es homenajear a este gran autor, importantísimo para el terror, y que ha dejado huellas imborrables. Sus cintas serán vistas en un futuro, aquellas generaciones no sólo se encontraran con películas de terror, hallarán en ellas la voz de toda una época. Un artista es quien sabe crear, exponer y culminar lo que lo rodea, él lo logró; a pesar de que su género es uno de los más despreciados. Esto no le quita lo serio, al contrario, lo solidifica, pues sus cintas además de importantes, son populares.

Larga memoria para Wes Craven.  Dulces pesadillas.