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2014-09-01 00:00:00

El día trajo la Oscuridad, y el fin; adiós Macabro XIII

Por Ali López

Y como todo, Macabro XIII llega a su fin, con altas y bajas, pros y contras, y con tres trofeos que entregar. El Premio Macabro de Jade a mejor cortometraje mexicano, el Premio Macabro de Onix a mejor cortometraje internacional, y el Gran Premio Macabro a mejor largometraje Internacional. Los ganadores de éste año fueron: Mejor cortometraje Nacional: “I am Candy” de J.B.  Minerva. Mejor corto Internacional: “Selfish People” de Corea del Sur, y dirigido por Jaebin Han. El premio a mejor largometraje se lo llevó la cinta Argentina “El día trajo la Oscuridad” de Martín de Salvo. Cabe mencionar tres ganadores más; los ganadores del pitching para cortometraje que participaron en Macabro Lab. "El silencio: La muñeca de Valeria" de Sinhué Benavides Martínez, "El que la vuela" de Jerónimo Barriga Montoya; Así mismo, se otorgará un apoyo para postproducción al proyecto: "Devastación" de Abraham Sánchez González. Los ganadores para ‘Macabro Lab’, en el modo largometraje, serán anunciados, posteriormente.

“I am Candy” inició con la función de los ganadores. Un cortometraje mexicano con toque experimental, los diálogos y textos están en ruso, lo que le da un ambiente pesado, tétrico y confuso. Basado en las leyendas urbanas provenientes del Internet, “I am Candy” apuesta por una narrativa sólida y una fotografía de la vieja guardia, que cumple lo que promete. El final, cojea de lo que han cojeado las cintas mexicanas por años, finales muy al estilo Stephen King, que después de tanto terror, nos diluye con una conclusión de cuento de hadas.

“Selfish People”, la  historia de un conductor sustituto, que de llevar borrachos por las noches, se ve en vuelto en la desaparición de una de sus clientes. Con personajes redondos y una historia que te va atrapando poco a poco, la tensión es parte intrínseca de este suspense, que más que imágenes fuertes, nos regala momentos de tensión, casi insoportables (no por malos, si no todo lo contrario). No hablemos mucho de los errores de proyección que este corto tuvo.
“El día trajo la Oscuridad”, el plato fuerte. Otra cinta del festival que toma como base para su guión la novela de “Carmilla” de Joseph Sheridan Le Fanu, pero ahora ambientada en los bosques de la Argentina. Virgina está sola en casa, su padre ha tenido que ir a atender un extraño brote de rabia, Anabel, su prima, llega a su casa, sorpresivamente y en condiciones extrañas. Anabel parece enferma, actúa extraño, duerme casi todo el día; pero de noche parece sana, como si no padeciera nada. Virginia comienza a caer en un vortex de seducción y misterio, arrastrada por la peculiar personalidad de su prima.

Es peculiar ver dos aproximaciones de la misma obra, cercanas en tiempo, lejanas en geografía, pero con aspectos y toques tan parecidos y peculiares. El día trajo la Oscuridad, y “The Curse of Stirya” (Mauricio Chernovetzky, Mark Devendorf, USA-Hungria, 2014) comparten no sólo el origen primigenio de la novela, también esa ambientación sombría que se aleja de lo kitch de las vampiresas de época. Tal vez sea producto de las dos adaptaciones fílmicas de la novela “Déjame Entrar” de John Ajvide Lindqvist, “Låt den rätte komma in” (Tomas Alfredson, Suecia  - 2008) y “Let me in” (Matt Reeves UK-USA, 2010) que no es que hayan impuesto moda, pero al alejarse de las películas juveniles de vampiros de la época, dotaron de una nueva alma a los films de éstas criaturas míticas. Las cuatro cintas (dos adaptaciones de “Déjame Entrar” y dos de “Carmilla”) también hablan de adolescentes, o por lo menos de gente joven, de sus problemas para adaptarse a una sociedad cambiante, su aislamiento, y lo que todo joven cree que es el problema más grande: el amor.

Martín de Salvo, director de “El día trajo la Oscuridad”, nos introduce a una Argentina alejada de la modernidad, y aunque la historia acontece en una época actual, el tiempo de la provincia es otro. Ahí también, en las pequeñas comunidades, es donde toda la gente se conoce, y reconoce; saben de sus manías vicios, defectos y virtudes. Por eso el nuevo comportamiento de Virginia va causando escozor entre sus vecinos, y la llegada de Anabel, los tiene descontentos. Volvemos al tema del aislamiento, del vampiro como ente solitario, trasgresor e inadaptado. La seducción, tensión sexual y obviamente atracción que hay entre las primas, no sólo es el pretexto para mostrar ese fetiche cliché lésbico, así también comprendemos más de la protagonista, y sus secretos guardados, y escondidos en ese pueblo cercano al mar. Sin ser una vampiresa, ya se siente excluida e inadaptada de una sociedad castigadora, y que gusta de señalar a los extraños y los que ellos consideran que se equivocan. Volvemos al tema de la soledad, y el por que están fácil caer en las garras de el monstruo seductor, cuando la realidad es más escabrosa.

El ritmo es también frío, lento, con una trama que se va desenredando poco a poco. Momentos, cortos, que nos tiene al filo de la butaca, pero la mayoría del tiempo, es un viento frío y lento que pasa como las horas en el bosque. Tanto querer romper de los paradigmas del cine comercial, más cercano al videoclip,  acaba por dotar de este estilo a los films mencionados. Peculiar me parece que un film así sea el ganador, pues el terror actual se mueve en lo cada vez más explicito, grotesco y realista; todo lo contrarío. Aquí hay un cuento de terror clásico, con más ambiente que entrañas de plástico. No es malo que haya ganado, pero lo importante es que nos querrán decir. El festival intentó cubrir todos los tópicos del terror, pero apostó por que triunfara este film latinoamericano de atmósfera y velo macabro. El gore está y estará ahí, al igual que el Serie B y el comedy horror, pero a la  hora de señalar lo mejor de la cinematografía de género, se apuesta por este entorno, que tal vez, o así parece ser, será la tendencia de los próximos años.

Termina Macabro XIII, con altas y bajas, pros y contras, con cosas que aprender, y otras tantas que enseñar. Termina el número 13, pero empieza el 14, se cierran las tumbas, los sarcófagos y las naves espaciales, pero dentro de ellas aguardan, como cada año, los monstruos que son parte del calendario de nuestra vida, y el agosto próximo, caminaran a lado de nosotros, rumbo a la sala de cine, cuando Macabro XIV llegue.