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Reporte de la semana

2010-06-03 00:00:00

Revela ‘Comida S.A.’ oscuros secretos de la comida rápida

Por Leticia Carrillo

En ‘Comida S.A.’, el director Robert Kenner, se mete a las entrañas del sistema de la comida barata que se vende en los grandes almacenes y en las cadenas restauranteras, mostrando una realidad escalofriante en la que están presentes el abuso laboral de los latinos y negros en Estados Unidos, la falta de información a los consumidores sobre alimentos procedentes de Organismos Genéticamente Modificados (OGM’s), y la protección gubernamental a las grandes corporaciones de la alimentación.

A continuación reproducimos la conversación que el realizador entabló con varios medios de comunicación con motivo del estreno en 6 seis salas cinematográficas mexicanas del documental nominado al Oscar.

¿Cuál es su opinión sobre la existencia en México de campos experimentales que se cultivan con semillas transgénicas?

Robert Kenner: Estoy preocupado acerca de la tecnología OGM, pienso que lo que está pasando es que estamos poniendo el peso de estas experimentaciones en los consumidores, aún no sabemos cuál es el efecto real de estos organismos, son como una caja de Pandora, de los que sabremos las consecuencias hasta que ya los tengamos adentro de nuestros organismos.

Estoy preocupado por el hecho de que se estén patentando formas de vida y eliminando la diversidad; en México, a diferencia de Estados Unidos, hay muchas formas del maíz, la salud ambiental necesita la diversidad y la estamos eliminando.

Muchas de las situaciones que muestra en el documental refieren a las administraciones de Bill Clinton y George Bush ¿Ha cambiado el panorama con la llegada al poder de Barack Obama?

RK: Ha habido muchos cambios positivos desde que Obama fue elegido presidente, los estándares orgánicos son muchos más fuertes, han surgido discusiones acerca de las grandes corporaciones, ha habido mejoras en el etiquetado de los productos para que la gente esté consciente de lo que come. Michelle Obama tiene un jardín orgánico en donde siembra lo que come, incluso hubo comentarios en torno a que parecía antiamericano que no usara químicos en su parcela.

Sin embargo, persisten las grandes corporaciones, organizaciones muy poderosas que meten mucho dinero en cabildeos, así es que las cosas van a ir cambiando lentamente. En todo el mundo hay preocupación acerca del alto costo del sistema de comida barata, por lo menos en Estados Unidos hemos empezado a ver que el producir comida barata para nosotros tiene altos costos que antes no veíamos y los hemos empezado a ver en la salud de las personas, la gente está molesta por esto.

Obama habla de una reforma al sistema de salud pero no podemos hablar seriamente de esta ella hasta que no arreglemos el sistema de alimentación. Uno de cada tres americanos y uno de cada dos latinoamericanos en Estados Unidos desarrolla diabetes, eso muy caro. Pero lo más paradójico es que lo mismo que está causando obesidad y diabetes en Estados Unidos es lo que está provocando hambruna en otras partes del mundo porque todo lo que se hace para subsidiar la producción de maíz en Estados Unidos le quita el trabajo a la gente del tercer mundo.

‘Comida S.A.’ habla de una realidad que se está viviendo en los Estados Unidos ¿qué tanto puede ser de interés la película para gente de otras partes del mundo?

RK: Esta realidad no es privativa de Estados Unidos, se puede entender en todo el mundo porque habla de las pocas corporaciones que están controlando el sistema alimenticio y a ellas no les importan las fronteras, los idiomas y las naciones porque controlan a los gobiernos a lo largo del mundo. A ellos les interesa hacer dinero, tener ganancias y no el beneficio del consumidor.

Otro de los temas que toca el filme es el del maltrato laboral a los migrantes en Estados Unidos:

RK: Para mí es uno de los temas más importantes pero al común de la gente sólo le interesa lo que entra en su estómago aunque todo el sistema de la comida barata se base en el trabajo de personas que no pueden reclamar algún derecho por su condición de ilegales; estos trabajos son muy mal pagados, son peligrosos y la gente que tiene derechos no quiere tomarlo.

Muchos de estos trabajadores eran campesinos en sus tierras natales y a raíz de los grandes subsidios que recibe la producción de maíz y soya en Estados Unidos, se quedaron sin trabajo en su país y fueron orillados a buscarlo en otro en donde son objeto de abusos. Para mi fue importante mostrar que los trabajadores son los que pagan gran parte de los costos y los que sostienen a este sistema de comida barata.

En la película vimos a personas que declinan dar su punto de vista sobre este sistema por miedo a las represalias que las corporaciones puedan tomar en su contra ¿Para usted, que tan riesgoso fue emprender este trabajo?

RK: Nunca creí que los productos alimenticios tuvieran más derechos que yo, pero cuando terminé la película tomé consciencia de que en el mundo en que vivimos las compañías lo que no quieren es que sepamos de donde viene la comida, y en este documental gasté más en cuestiones legales que en todos los demás que había hecho, han pasado dos años y sigo cubriendo esos costos legales para protegerme de alguna demanda.

De todas las cosas de las que se enteró al hacer ‘Food Inc.’ ¿Cuál es la que más le impactó?

RK: Fue cuando acudí a una audiencia legal sobre el etiquetado de los alimentos clonados, ¡nunca había pensado que en el mercado ya hubiera comida clonada!. Pero después de oír que el representante de una compañía dijo que no era importante informarle a la gente que estaba comiendo comida clonada, me pregunté que cosas escalofriantes había detrás. Pensé que al vivir en una sociedad libre, en un país libre, tendría acceso a la información y resulta que ésta no es negada.

¿Tiene alguna propuesta para que el sistema alimenticio comience a cambiar?

RK: La idea sería instrumentar un sistema de comida local o regional en el que no se subsidien las plantaciones en busca de hacer la comida más barata y que no requieran enormes cantidades de combustibles para su transportación.

Una de las cosas que me da valor es que la gente de todo el mundo le interesa lo que come y como le afecta. Fuimos el DVD más vendido en (la tienda digital) Amazon en Estados Unidos y superamos a muchos estrenos de películas grandes, espero que esto ayude a crear un movimiento para defender a los consumidores de las grandes corporaciones; la gente tiene el poder de cambiar el sistema.