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2017-12-30 00:00:00

Lo peor del 2017 para CorreCámara.

Redacción. Es cierto que esta época es de convivencia y buenos deseos, pero, eso no nos exime que la reflexión que viene con fin de año, nos haga mirar hacia los momentos no tan agradables (por decirlo de manera amable). Así, antes de terminar el 2017, hemos decidido hacer una pequeña lista con los perores filmes del año, claro, con ayuda de nuestros colaboradores:


Norma Lorena Loeza

Quizás mucho más subjetivo que lo mejor, y más difícil de ponderar que lo mejor. Pero una cosa es segura: estas son las pelis que me causaron mayor decepción en el 2017.

Alien Covenant. (R.Scott, 2017)

Ni como expresar la desilusión sobre el pretendido origen de uno de los monstruos más aterradores del cine. Al final la idea de que no hay peor bicho que el ser humano, no resulta suficiente.

Rápidos y Furiosos 8. (G.Gray, 2017)

La franquicia dio lo que tenía que dar. Punto. Ya ni siquiera en taquillas resultó tan redituable como algunas de sus antecesoras.

El aro 3. (F.J. Guitiérrez, 2017)

La historia que en su momento revolucionó el modo de concebir el terror y encumbró al cine japonés en este género, hoy tristemente no pasa de “creepy pasta”.

En la mira del Francotirador. (D. Liman; 2017)

Y lo que parece una cinta de guerra con John Cena, termina siendo un monólogo en donde el actor gancho (Cena) no llega ni a los 10 minutos de rodaje. Pero no es mala por eso. Es por el monólogo que nunca levanta suficiente interés. Si bien su momento sorprende y la vuelta de tuerca del final no la hace predecible, hay que recordar que el cine cuenta historias y esta la verdad es que no es tan buena.

Jig Saw. (Hnos Spilerig, 2017)

Los hermanos Spilerig no buscan rehacer el esquema que hiciera famosa a la franquicia y ofrecen la resurrección de Jigsaw como única promesa para que la gente llene las salas de cine. Y lo consiguen. El asunto se vuelve confuso viniendo del pasado, al presente y el futuro, giros de tuerca poco claros y muchas confusiones en cuanto a cómo llegamos a esta génesis, que por varios momentos desconcierta. Pero eso sí: esta especie de soft gore o porn gore parece que goza de cabal salud, a juzgar por las salas llenas y el aplauso espontáneo cuando Kramer aparece en escena. Y sí. En realidad lo extrañamos mucho.


Samuel Lagunas

Valerian y la ciudad de los mil planetas (Luc Besson, 2017)

La nueva película de Besson ofrece un prólogo destacable pero después cae vertiginosamente debido a su argumento reaccionario y a la escueta química que hay entre sus protagonistas.

Rush hour (Luciana Kaplan, 2017)

Inexplicable ganadora de la categoría Mejor Documental en el FICM 2017, el documental de Kaplan ofrece una reflexión sobre el tráfico y las “horas pico” repleta de puntos débiles: su insípido guion, el desdén en la presentación de sus personajes y la incapacidad de situar al espectador dentro del tema.

Wonderstruck (Todd Haynes, 2017)

Una película con una trama sugerente pero que nunca cuaja por completo, convirtiéndose en una experiencia pesada, artificial y agobiante, adjetivos que raramente podríamos usar para calificar una película de Haynes pero que aquí merecen una justa aparición.

El seductor (Sofía Coppola, 2017)

Salvo un par de detalles técnicos brillantes, la nueva película de Coppola fracasa en dotar de contundencia a la historia a pesar de contar con un reparto inmejorable. Con una trama morosa y unas actuaciones desangeladas la cinta roza el desperdicio.

Cartas a Van Gogh (Dorotha Kobiela y Hugh Welchmann, 2017)

El estreno animado más esperado del año acabó generando pura desilusión y empalago. La ingente labor de las y los animadores será arrumbada en los datos curiosos de la historia del cine, pero la cinta no dará nada más de qué hablar.

Hubo otros blockbusters de los que no esperaba absolutamente nada y cumplieron cabalmente con la expectativa. No merecen siquiera lugar en esta lista.

 

 

Pedro Paunero

La cartelera comercial abunda en malas producciones. Nos limitaremos a cuatro… más sería demasiado.

Kong: la isla calavera (Jordan Vogt-Roberts. 2017)

Comienza la inacabable franquicia. Compañera –o al revés por aquello que funciona desde la secundaria: el grado mayor controla a los grados menores- de Godzilla y sus bichos gigantes que amenazan con tomar al mundo. Con un argumento no tan malo y entretenido… hasta que aparecen los monstruos. Persecuciones, explosiones, un toque de feminismo y ecologismo (eso siempre vende) y algunas alusiones a la cultura setentera. Un juego de video llevado a la pantalla grande.

Valerian y la ciudad de los mil planetas (Luc Besson, 2017)

Para los entendidos la historieta “Valérian: agente espacio-temporal” de Pierre Christin, constituye una de las referencias de culto por sus imaginativos argumentos y la belleza de sus ilustraciones. Pero la adaptación de Luc Besson no pasa de ser una suerte de otro juego de video innecesariamente largo, sostenido sobre efectos visuales de mala calidad a los que se les notan las costuras en su versión 3D.

Asesinato en el Expreso de Oriente (Kenneth Branagh, 2017)

Creó expectativas –no muy altas, la verdad-, en aquellos que seguimos entre maravillados, deleitados y asombrados, la obra de Agatha Christie. Pero esta versión “fast food” en absoluto un remake de la casi perfecta película de Sidney Lumet de 1972, aunque quiso emular su increíble reparto, deja a Kenneth Branagh como el Hércules Poirot más rápido e insulso (¿es que no se aprendió nada de Peter Ustinov, Albert Finney y David Suchet, anteriores intérpretes de Poirot?) acorde a los líquidos tiempos de Facebook con sus interpretaciones deslavadas. Decepcionante la escena del asesinato masivo, que en la versión de Finney causaba horror, y en esta aparece borrosa, decorosa y hasta pudorosa. Atención a los bigotes de morsa más ridículos, que luce o, mejor dicho, desluce el Poirot de Branagh, en toda la honrosa filmografía basada en las obras de la autora.

Blade Runner 2049 (Denis Villeneuve, 2017)

En primer lugar pongo la innecesaria secuela de aquella cinta legendaria y de riguroso culto que es "Blade Runner" de Ridley Scott, que anunciara al género Cibepunk del que muchos –todavía-, no pueden prescindir. Este nuevo film, un dechado de pirotecnia visual, enredos y vericuetos de fácil salida en la trama, al poco de empezar se torna predecible. ¿En serio puede alguien decir que no se esperaba que los replicantes dieran a luz? Hay una antiquísima discusión en torno a este hecho, que se da ya en la novela Frankenstein: Víctor Frankenstein, ante l insistencia de su criatura de tener una compañera, la crea para destruirla a hachazos al poco de terminarla. No pondría, ni daría al mundo una progenie monstruosa de seres artificiales. Noir barato, del cual el gran Vangelis, que aportara la mitad de la primera película, se apartó a tiempo.

 

Ali López

Verónica (Carlos Algara y Alejandro Martinez-Beltran, 2017)

Terror psicológico de bajo presupuesto que ni Arcelia Ramírez es capaz de salvar. Un mal ejercicio de guion, un cliché tras otro y una nueva forma de arruinar el cine de género mexicano. Destinado a canal 9, si bien le va.

Extraño pero verdadero (Michel Lipkes, 2017)

Un intento por hacer cine crudo que justo queda así, mal cocinado. Pesada, aburrida y sin proponer nada diferente; se agarra de los convencionalismos del género para crear una película ambigua que no cuaja en ninguna de sus partes.

Cartas a Van Gogh ("Loving Vincent", Dorotha Kobiela y Hugh Welchmann, 2017)

Visualmente deslumbrante, y con una técnica que la diferencia de muchas otras cosas, pero que, a final de cuentas, se queda vacía. Una historia pobre, actuaciones apenas cumplidoras, y un tratamiento de programa de PC para aprender sobre Van Gogh. Decepcionante.

La sexta alumna (Benja de la Rosa, 2016)

La corroboración de que se puede hacer cine sólo con un celular, siempre y cuando, sepas hacer cine. Un ejercicio desastroso, que por increíble que parezca, terminó exhibiéndose en un festival en México. Sirvió para llenar la programación, pero acabó por vaciar la sala. Inadmisible que eso suceda.

Rings (F.J. Guitiérrez, 2017)

El intento por revivir una franquicia que tanto le dio a una generación. Sin embargo, no hubo un entendimiento por lo que significó “El aro” a principios del siglo, ni por como el cine de terror funciona ahora. Todo fue un desastre, tal, que pasó al olvido inmediato. De lo peor del año, y de la historia.

 

 

Miguel Ravelo

Jeanette: l’enfance de Jeanne d’Arc  (Bruno Dumont, 2017)

Star Wars Episode VIII: The Last Jedi (Rian Johnson, 2017)

Alien Covenant (Ridley Scott. 2017)

Los crímenes del mar del norte (José Buil, 2017)

Kong: Skull Island (Jordan Vogt-Roberts, 2017)