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Reporte de la semana

2013-05-30 00:00:00

Historias mexicanas secretas detrás del cine mundial. Parte 2


Por Pedro Paunero

Anécdotas de mexicanos que inspirarían a directores de Hollywood para películas míticas, extrañas muertes paralelas entre mexicanas y estadounidenses, actrices “a la sombra” de otras pero que superaron el siglo de vida y travestidos que interpretarían muertes apoteósicas. Este es un segundo recuento de eventos, sucesos y hechos dónde un México silencioso se oculta detrás de un Hollywood hecho todo de oropel y culpas.

“Un lanzador de cuchillos, una chica hambrienta y King Kong”

Steve Clemente (nacido Esteban Clemente Morro, 1885-1950), fue un actor mexicano que comenzó su carrera en Hollywood en 1917 en la cinta “The Secret Man” de John Ford. Cobró celebridad como villano a lo largo de los años 1914 a 1942 y se le recuerda como al segundo de confianza del General Zaroff de “The Most Dangerous Game” (Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack, 1932) que inspiraría los libros y la serie de películas japonesas “Battle Royal” y “Battle Royal: Réquiem” (Kinji Fukasaku, 2000 y 2003): aquellos dónde un grupo de personas atrapadas en una isla son cazados sistemáticamente por un enloquecido asesino. Los sets de “The Most Dangerous Game” serían usados posteriormente para “King Kong” (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933). Emilio García Riera en su libro “México visto por el cine extranjero” reproduce una carta que le enviara un misterioso mayor retirado, Carl M. Allen, que no incluiría dirección ni teléfono en el sobre, dónde le contaba varias anécdotas sobre Steve Clemente:

“Steve Clemente (o Clemento, como se solía deformar su apellido) no es otro que el “Yaqui Indian” Esteban Clemente, conocido en el medio del vaudeville norteamericano como “The World´s Greatest Knife Thrower”. (…)

“Se cuenta que un día de febrero de 1930 salió en busca de una nueva asistente femenina para su peligroso acto. Recorrió en vano las agencias de talento artístico de L. A. Ninguna de ellas estaba de acuerdo en procurarle una chica para servirle de “blanco”. Él mismo tuvo que buscar en las calles a una candidata. Cerca de un “launch-counter”, una bella muchacha miraba hambrienta los platillos que ahí se servían. Clemente se acercó a ella y le propuso invitarla a comer. La chica se rehusó en un principio, pero finalmente aceptó. Fue necesario convencerla de las buenas intenciones de la invitación y de la posibilidad real de un empleo en esos tiempos de miseria.

“Ud. reconocerá la anécdota. Clemente siempre aseguraba que Ruth Rose (Mrs. Schoedsack) se había inspirado en este hecho para elaborar el argumento del encuentro entre Carl Denham y Ann Darrow, tal como se aprecia en una de las primeras secuencias de King Kong”.

Clemente aparecería como el “Rey Brujo” de la citada película sobre el gorila gigante, filmada por el equipo de “The Most Dangerous Game”, que incluía a la actriz Fay Wray, la “novia” de Kong. El mexicano también intervendría en la secuela “Son of Kong” (1933) y moriría solitario y abandonado en su casa de California a los 65 años. El mayor Allen añadiría en la carta enviada a García Riera:

“A su entierro asistieron algunos de sus viejos amigos. Uno de ellos colocó entre las manos del cadáver su cuchillo favorito: una daga con empuñadura de plata traída de Durango”.

“Lupe Vélez, Andy Warhol y dos muertes paralelas”

Lupe Vélez (1908-1944), hija de un general de la revolución mexicana, hermosa actriz de Vodevil primero, de Hollywood después y en Broadway finalmente, tuvo una vida típica de actriz, rodeada de glamour pero con una vida privada más bien dificultosa y triste. Apodada “The Mexican Spitfire”, se recuerda sobre todo su matrimonio con Johnny –Tarzán- Weissmuller y su rivalidad con Dolores del Río de quien, se dice, temía encontrársela por ser, Lupe, proclive a molestarla abiertamente.

En 1944 tras embarazarse de Harald Maresch, actor austriaco casado y menor que ella, para evitar el escándalo por ser madre soltera, decidió suicidarse de manera melodramática-cinematográfica. El 13 de diciembre de ese año preparó una cena para dos amigas. Antes había escrito una carta al padre de su hijo nonato. Se disculpó y retiró a su cuarto dónde ingirió una dosis letal de seconal. Se acostó en su cama, rodeada de gardenias y velas encendidas y esperó la muerte. La leyenda, aumentada por el cineasta “underground” y glorioso satanista Kenneth Anger en su libro “Hollywood Babylon”, contaría una historia errónea: que en realidad se levantó al baño para vomitar durante toda la noche, resbalaría en su propio vómito, se golpearía la cabeza y le encontraría ahogada, en la taza del inodoro, su mucama a la mañana siguiente. Las fotos, según Anger, serían distribuidas por la prensa amarillista.

En la novela negra “El gran desierto” (1988) de James Ellroy, obra que precede a “”L. A. Confidential” (llevada al cine por Curtis Hanson y conocida en español como “Los Ángeles al desnudo” en 1997), el detective Danny Upshaw pregunta al trabajador de la morgue Ralph Carty:

-Ralph, ¿alguna vez has hecho preparativos para una autopsia?
Carty rió.
-Hijo, los he hecho todos. Rodolfo valentino, que estaba seco como un grillo. Lupe Vélez y Carole Landis. Tengo fotos de ambas. Lupe se afeitaba la entrepierna. Finges que no están muertas y lo pasas bien. ¿Qué dices? ¿Lupe y Carole, cinco dólares cada una?

Andy Warhol jugaría un papel importante en una especie de juego macabro que incluiría un “homenaje underground” de su parte a Lupe Vélez con su cinta de 1965 “Lupe” (dónde se reproducía el suicidio de esta) con Edie Sedgwick, la musa del artista, en el papel de la mexicana y en el triste final de aquella en el año 1971. El 15 de noviembre, tras un incidente en una fiesta dónde Edie fue insultada por un borracho, su esposo Michael Post le llevó a su apartamento, le administró un medicamento y se dispusieron a dormir. Al día siguiente Edie Sedgwik no despertaría. La causa de su muerte se clasificó como: “indeterminada/accidente/suicidio” es decir, por ingestión de barbitúricos. La misma clase de drogas que habían matado a Lupe Vélez.

“Lupe y Warhol otra vez”

Otra cinta “underground” dedicada a Lupe Vélez pero del año 1966 y con el título “Life, Death and Assumption of Lupe Vélez”, sería dirigida por el puertorriqueño José Rodríguez Soltero (1), representante hispano del movimiento subterráneo neoyorquino del cual el trío mítico Jack Smith, Kenneth Anger y Andy Warhol formaban parte. En esta película el actor travestido Mario Montez (nombre artístico del puertorriqueño René Rivera) interpretaba a la mexicana. Hasta el año 2007 en que “Lupe” fue restaurada y se hicieron 9 copias para “Film Makers Cooperative” de Nueva York, su realizador insistía en cargar con su cinta y montarla él mismo para evitar daños al film. Mario Montez también sería estrella de Andy Warhol en “The Factory” y de Jack Smith en su legendario “Flaming Creatures” (1963) gloria del escandaloso cine gay de los años 60s que rinde tributo a “la reina del tecnicolor”, ´la actriz de los años 40´s, María Montez de quien René Rivera tomaría su seudónimo.

“Lupita Tovar: la Santa Centenaria”

Otra Lupe pero de apellido Tovar, nacida en Oaxaca, es célebre en México por haber interpretado a Santa, la protagonista de la cinta del mismo nombre del año 1931 y dirigida por Antonio Moreno, la primera película sonora del cine mexicano y basada en la novela de Federico Gamboa que recuerda la Naná de Emile Zolá: la vida de una prostituta redimida por el amor.

Lupita Tovar fue descubierta en 1929 por el padre del documental, Robert Flaherty. En Hollywood interpretaría la versión hispana de “Drácula”, dirigida por un director que no hablaba español, George Melford y en cuya versión se le puede escuchar a Lupita hablando un español con acento chicano. Esta versión, producida por Carl Laemmle jr. y coproducida por Paul Kohner (con quien ella contraería nupcias), se considera hoy técnicamente superior a la legendaria versión estadounidense de Tod Browning con Bela Lugosis como el vampiro.

Los nietos de Lupita Tovar son los directores Chris y Paul Weitz quienes rodaron la exitosa “American Pie” en 1999 pero el éxito rehuyó la carrera de su abuela quien tuvo que contentarse con pequeños papeles para el cine mudo y con aparecer en las versiones hispanas de las cintas de Hollywood y siempre estuvo a la sombra de las divas mexicanas Dolores del Río y Lupe Vélez. Sin embargo, hoy en día, junto a la actriz alemana Luise Rainer (nacida el 12 de enero de 1910) y el cineasta portugués Manoel de Oliveira (nacido el 11 de diciembre de 1908) forma parte de la tríada centenaria del cine pues cumplirá 103 años el 27 de julio de 2013 (nació en 1910).

“El charro lazador mexicano” un filme de 1894 (2).

Hablando de personas centenarias, Guillermo Vaidovits en su libro “El cine mudo en Guadalajara” (3) cita una película de William Kennedy Dickson (1860-1935) inventor de la compañía Edison y predecesor del cine (4) con su Kinetoscopio: “Vincente Ore Passo, Champion Lasso Thrower” (“El charro lazador mexicano” según Vaidovits) de 1894, en dónde filmaría al personaje del título quien en realidad se llamaba Vicente Oropeza (cuyo apellido sería deformado a oídos estadounidenses) que pertenecería a la “troupe” de Buffalo Bill como un campeón lazador en los espectáculos del “Viejo Oeste” y de quien no se sabe ningún otro dato más. Sería uno de los primeros mexicanos (¿el primero?) en ser inmortalizados en el cine o, mejor dicho, en un artilugio antecesor del cine.

Así finaliza esta segunda parte, seguiremos investigando aquellos datos mexicanos insospechados y escondidos que se ocultan bajo el cine del Hollywood más visible.

Notas:
(1) Véase el completo artículo: http://www.lafuga.cl/ida-y-vuelta-de-jose-rodriguez-soltero-cineasta-experimental-puertorriqueno/558
(2) Más información: http://www.citwf.com/film373801.htm
(3) Guillermo Vaidovits. Ed. CIEC. Universidad de Guadalajara, 1989. Citado por Emilio García Riera en “México visto por el cine extranjero” Tomo 5, 1970, 1988. Adiciones y correcciones.
(4) Si tomamos como “Año 1 del cine” a 1895, en específico la fecha 22 de marzo de ese año, en que los Hermanos Lumiére presentaron en París su “Salida de los obreros de la fábrica Lumiére en Lyon Monplaisir” ya como proyecciones el Kinetoscopio de Dickson-Edison no era cine propiamente hablando pues se proyectaban breves vistas a través de un visor. El prototipo del Kinetoscopio se presentaría el 20 de mayo de 1891.

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