A los pintores les gusta el cine I
Por Elisa Lozano
La capacidad del cine de atrapar el movimiento y plasmar acciones en tiempo real ha fascinado –desde su invención- a un buen número de artistas plásticos de diversas nacionalidades y generaciones. En México Carlos E. González, Miguel Covarrubias y Roberto Montenegro se acercaron al medio bien para registrar o bien para experimentar en una constante retroalimentación entre ambos lenguajes. Notables son las aportaciones de David Alfaro Siqueiros sobre el uso del cine y la fotografía en la obra plástica y sabemos por la prensa que Diego Rivera tenía intenciones de filmar un documental titulado "Petróleo".
Por su parte, Adolfo Best Maugard (Ciudad de México 1881-Atenas, 1966) realizó "La mancha de sangre" (que abordaremos en otra entrega) y algunos cortometrajes, el primero, de ocho rollos titulado " Humanidad", fue un proyecto financiado por el gobierno federal, a través de la Beneficencia Pública comenzó a rodarse en el año de 1934, con el objetivo de mostrar el trabajo de las instituciones al servicio de los grupos marginados; huérfanos, indigentes, débiles visuales, faltos de razón y personas de la tercera edad. Mismos que fueron captados por Best Maugard y el notable cinefotógrafo Agustín Jiménez, en escenarios reales como la Escuela para ciegos, la Casa del Niño, El Asilo de Ancianos, el Manicomio de La Castañeda y la Escuela Vocacional de Beneficencia Pública.
A falta de la obra completa (la Filmoteca de la UNAM conserva un fragmento de dos minutos) nos servimos de las imágenes del rodaje realizadas por el propio Jiménez, conservadas en su archivo personal y de otras publicadas en la prensa, para apreciar tanto las condiciones de vida de esos sectores, como la original estética cinematográfica desarrollada por Best. Las fotografías de los indigentes rapados, en harapos, los bebés envueltos en cobijas formados en serie, dan cuenta de la cruda realidad social del momento y el interés del pintor por la gestualidad de los personajes anónimos. Mediante el uso del plano detalle (manos, rostros, instrumentos musicales) la yuxtaposción de imágenes y la fragmentación del cuerpo, el binomio director-fotógrafo obtiene una estética que tenía claros precedentes en la obra de Dziga Vertov.
Al igual que hiciera el inglés Len Lye en su obra "Tuslova" (1929), Best entremezcló sus singulares imágenes con notas de jazz. En las fotografías del rodaje apreciamos la adaptación del lugar al que se colocaron telas blancas como fondo y las potentes luces de arco que permitían una intensa iluminación. Es evidente que Best aprovechó los hallazgos formales de Jiménez en el uso del fotomontaje, del encuadre cerrado y los estudios de manos que éste había realizado en su serie sobre la Lotería Nacional, publicados el año anterior en Revista de Revistas. El rodaje concluyó en el mes de enero del año siguiente exhibiéndose dos veces aún sin su edición definitiva. La primera, en noviembre de 1935 y la segunda, a principios de febrero de 1936, cuando se estrenó “oficialmente” en el Teatro Principal. En esa sesión, el realizador explicó a la audiencia el sencillo argumento:
Es la historia de un peso. Un peso que pasa por varias manos hasta llegar a las oficinas de la Lotería Nacional. Un peso que se transforma en copas, en amor venal, en el pan de una mujer pobre, en una prenda que se empeña, en todo aquello que el peso adquiere por su propio peso. En la Lotería se reúne a otros muchos discos de plata que van a parar a las bolsas de lona. La caja de valores las aprisiona; hasta aquí la historia. (Reseña mecanoescrita de la película "Humanidad", Archivo Agustín Jiménez).
El corto sorprendió por su tema, que contrastaba con la producción fílmica nacional, ocupada entonces en asuntos más amables, y por sus ángulos de excepcional plasticidad. Con la edición final, "Humanidad" se proyectó en marzo de 1939. La acertada producción del pintor mostraba que el cine mexicano alcanzaba cierta madurez al mostrarse autocrítico asombrando incluso a Diego Rivera quien alabó su verismo y afirmó “es una obra que sostiene la comparación con las mejores producciones internacionales”. (Diego Rivera, abril 20 de 1939, citado en Jesee Lerner, Rita González, Mexperimental, 60 años de medios de vanguardia en México, 1998. p. 110). Se sabe que la intención de Best Maugard era exhibirla en el extranjero.
El corto ha ganado la batalla al tiempo y al olvido. En años recientes, investigadores como Jesse Lerner y Eduardo de la Vega Alfaro han destacado este trabajo como pionero del cine experimental y de búsqueda.
Lee: A los pintores les gusta el cine (II)
"La mancha de sangre" es el título del único largometraje realizado por Adolfo Best Maugard, basado en el guión escrito por Don Miguel Ruiz , y el nombre del cabaret donde se desarrolla un episodio romántico, entre una prostituta regenteada por un hampón español y un joven cliente que se enamora de ella...
