Foto 1 y 2. Detalle de still 8 x 10. Del lado izquierdo se observa la imagen del negativo y a la derecha la fotografía. Colección de negativos del acervo iconográfico, Cineteca Nacional. Foto 3 y 4. Detalle de deterioro en negativos de acetato de celulosa.

 
 

Por Victoria Falcón [1]

Uno de los materiales que comparten los acervos fílmicos y fotográficos son los negativos. Los encontramos en diferentes tamaños, formatos y temporalidades. Su relación con el cine es tan estrecha que resulta innegable que el inicio y evolución del mismo, tiene como base la fotografía. El avance técnico y material marcó las bases para que posteriormente también evolucionara la manera de hacer películas, de hacer cine. 

Dentro de las colecciones fotográficas relacionadas al cine, existen un sin fin de registros que no solo retratan escenas o secuencias de las películas, como lo son los Stills, fotografías 8 x10, que forman parte de las imágenes fijas de los filmes; también, existen registros de rodaje, locaciones y montaje que nos permiten tener aún más información y datos sobre la película, su equipo y la forma en la que se hacía cine en ese momento.

En relación a su conservación, las problemáticas en estos acervos son las mismas, ya que la industria del cine y de la fotografía comparten el mismo soporte. Ya sea con nitrato o con acetato, en los acervos nos enfrentamos a los mismos retos y, muchas veces, a los mismos cuestionamientos ¿Por qué en ocasiones resulta tan compleja la preservación de los negativos?

Es bien conocido el peligro que representa el nitrato de celulosa o celuloide, ya que, al ser un material altamente inflamable y explosivo, puede acabar no solo con colecciones enteras, sino poner en peligro a cualquier persona que se encuentre cerca. Cuando estos dejaron de fabricarse y se comenzó a utilizar el acetato como alternativa, el material y su manipulación se volvió mucho más seguro. Sin embargo, este también presenta deterioros propios del material que, con el paso del tiempo, terminarán por deteriorar el negativo a tal grado que, cualquier información contenida ahí, también podría perderse.

El síndrome de vinagre, el desprendimiento de la emulsión del soporte, craqueladuras y demás, son algunos ejemplos de deterioros que podemos encontrar en estos materiales. Una vez iniciado el proceso de deterioro, el estado de conservación de estas piezas se va complejizando, ya que estos deterioros, una vez que inician, no pueden detenerse e, inclusive, pueden afectar a otros objetos. 

Debido a la gran cantidad de negativos que existen, su complejidad material y que, al ser patrimoniales, deben conservarse, se han desarrollado distintas metodologías que han permitido la revisión, digitalización y resguardo digital de estos acervos, permitiendo que esas imágenes perduren, aunque se pierda el soporte material. A la par, se implementan medidas de conservación preventiva que permiten resguardarlos en condiciones óptimas. Se debe recordar que la conservación y restauración de estos materiales no detienen el deterioro propio del material ni detienen el tiempo; estas acciones ralentizan los mismos y permiten que puedan ser conservados por mayor tiempo en mejores condiciones.

Las imágenes, escenas e información contenida en los negativos, nos han permitido conocer mucho de lo que no se ve detrás de las producciones fílmicas y, como en el caso de otros materiales relacionados con el cine, saber qué marcas, materiales y equipos solían utilizarse, brindándonos una visión mucho más completa. Gracias a las medidas y acciones de conservación, hoy podemos conocer un poco más de la historia de los materiales ligados al cine.

 

Notas.
[1] Conservadora-Restauradora de Patrimonio Cultural.

*Las fotos que acompañan el presente artículo se incluyen únicamente como apoyo al contenido del texto, cuyo cometido es de difusión cultural.