¿Cuántas maneras hay de contar una historia? El siempre inspirador “Caníbal de Plainfield”

Por Lorena LoezaLo primero sería explicar quién era Ed Gein y porque se vuelve en una figura tan inspiradora para el cine de terror hacia la segunda mitad del Siglo XX. Ed Gein se considera como el primer asesino  serial que se convierte en toda una celebridad, un fenómeno que crecería a medida que la prensa difunde cada vez con mayor interés casos como éstos y los medios electrónicos – que también contribuyen acomedidamente a alimentar el morbo colectivo- se volvieron más inmediatos y accesibles para la población. También conocido como el “Carnicero de Plainfield” Gein pasaría a la posteridad gracias a la detallada descripción de sus horrendos crímenes que fueron documentados a profundidad por los medios en aquel año de 1957. Las tétricas descripciones incluían destazamientos, secuestro y asesinato de mujeres,  robo de cadáveres al cementerio local, artefactos como tarros, o pantallas de lámparas elaborados con piel y huesos humanos, además de una perturbadora historia que incluye la convivencia enfermiza con una madre dominante  y represora. Las imágenes de lo que encontró la policía en la llamada “Granja de los horrores” es hoy material histórico que ayuda a entender la evolución de la nota roja en Estados Unidos y en el mundo. Además, es uno de los casos que ameritó el seguimiento nacional del juicio y los veredictos médicos, gracias a los cuales Gein libra la prisión para ser recluido en una institución mental de la que nunca saldría por el resto de su vida. Gein y su oscura naturaleza eran por supuesto la materia prima para historias de verdadero terror, en este caso, una oportunidad dorada que daría origen a un nuevo modo de sembrar estupor, angustia, miedo y por supuesto, una profunda aversión. Todas ellas, emociones que nunca habían sido consideradas dentro de las cintas del terror clásico hasta entonces.

Pronto, Hollywood comprendería lo invaluable del dicho “basado en una historia real” y cómo la realidad es capaz de superar toda fantasía.  El caso Gein ha inspirado cerca de media docena de películas, unas sobre su propia historia, y otras, influyendo en el recreación de personajes sicópatas de sangre fría para la gran pantalla. Las películas que ofrecen una versión fílmica de los sucesos en Plainfield son “Deranged” (Jeef Gillen y Alan Ormsby, 1974) “Ed Gein. In the light of the moon” (Chuck Parello, 2000), “Ed Gein. The Butcher of Planfield”( Michel Pfeifer 2007). La más destacada es la primera, que incluso se considera de culto, a pesar de ser muy poco conocida por el público en general. Pero lo verdaderamente interesante, son las influencias que tiene sobre la creación de psicópatas clásicos para reinventar el género, como son Norman Bates, Leatherface, Mike Myers, Jason y Buffalo Bill, este último incluido como personaje secundario en "El Silencio de los Inocentes". 

Ed Gein.

Y es curioso, porque no se trata de películas de gloria pasajera sino de auténticos clásicos de la cinematografía mundial, y que en mucho deben su éxito a ser presentados como “basados en un hecho real”.En orden cronológico, el primero de ellos es Norman Bates, el perturbado por excelencia del cine. Bates nace como personaje  en la novela "Psycho" escrita por Robert Bloch un autor formado dentro del muy prestigioso círculo de Lovecraft, ni más ni menos que el amo de terror cósmico y autor influyente para numerosas generaciones con sus aterradoras historias. Bloch afirma haberse inspirado en la historia de Gein para crear a Norman: un hombre solitario, profundamente perturbado tras la muerte de su madre, una mujer castradora y difícil de complacer.  Pero ni la historia ni la aterradora vida de los Bates resultaba tan impactante, hasta que tuvo la fortuna de ser filmada por Hitchcock, el amo del suspenso, quien supo extraer de ella lo necesario para dar un paso adelante y construir un drama sicólogico, que  funicionaba también como  thriller y como  filme de terror.  Hitchcock tiene la visión de mostrarnos al sicópata, sin sangre vísceras y con muy pocas visiones terroríficas, demostrando que no se necesita ver al monstruo o la sangre o demasiados efectos especiales, para saber que existe, y que la locura es aterradoramente parecida a cualquiera de nosotros. Ello aunado a la acertada elección de Perkins como el Bates que por siempre recordaremos, hacen de “Psycho” (A. Hitchcock, 1960) un verdadero clásico del cine de todos los tiempos.El segundo de la lista  es “Leatherface”  quien  abre un subgénero dentro del cine de terror.  Conocemos a este sicópata en la pantalla grande gracias al filme “Texas Chainsaw masacre” (Tobe Hooper, 1974) ostentando un “basado en una historia real” que hasta la fecha es  tema de debate entre aficionados al género.  Hooper nos cuenta la historia de un grupo de jóvenes que es masacrado por Leatherface y su banda de caníbales en una apartada granja de Texas.  La cinta es casi independiente, por lo que su rústica hechura hace por momentos pensar al espectador que está dentro de una escena real. Pero es importante decir, que Hooper después aclararía que Leatherface está inspirado por Ed Gein, pero que la trama de la película es de su invención y que del verdadero sicopáta, solamente tomó la visión de la granja, la afición por destazar a sus víctimas y la de crear objetos hechos con los huesos y piel humanos.  En este caso, Hooper sin saberlo creó al asesino de masas a sangre fría y adicto a las máscaras que después daría a pie a otros grandes del género como Mike Myers en "Halloween" (John Carpenter, 1978) y Jason Vorhees en "Viernes 13" (Sean S. Cunnigham,  1980). Otro aporte importante de esta cinta, es la sierra eléctrica como arma letal y artilugio indispensable del cine gore por muchas décadas después. "Texas Chainsaw Masacre" tendría 4 secuelas, que nunca llegan al nivel de influencia de la primera versión, además de un remake y una precuela. Estas dos últimas cintas filmadas en 2003 y 2006 respectivamente, alimentan la confusión de que el hecho que da origen a la cinta original es verdadero. La realidad es que nunca hubo una banda de caníbales en Texas y aunque la cinta afirma incluir un video con la llegada de la policía a la casa donde sucede la masacre, en realidad es una estrategia publicitaria para atraer a los fans a las salas de cine. El tercero de las influencias más destacadas es Bufalo Bill, el asesino en serie que conocimos en  "Silence of the Lambs" (Johnatan Demme, 1991)  y que nos presenta a otro personaje de honor en esta siniestra galería: Hannibal Lecter. Thomas Harris, autor de los libros  sobre los que se bas  a la cinta, admite que su personaje Buffalo Bill, toma prestada de la siniestra personalidad de Gein la afición por coser vestidos  con piel humana, además de una confusa identidad propia, que lo lleva al desequilibrio severo. Se dice que el propio Gein llegó a saber que inspiró a grandes maestros del horror, aunque nunca admitió verse reflejado en ellos completamente, según narra la siquiatra Hellen Morrison, quien lo entrevista siendo un anciano y cuya crónica figura en su libro “Mi vida con los asesinos en serie.” Y es verdad que ninguno de sus “retratos” refleja en conjunto el verdadero lado salvaje de Gein, ya que toma las partes que para el escritor o cineasta en turno le  parecen más aterradoras: su Edipo enfermizo es con lo que se queda Norman Bates, su lado salvaje y brutal, es lo que hereda a Leatherface y su conflicto de identidad es lo que termina por encarnar en Bufallo Bill. Parafraseando a Ramón de Campoamor, podríamos decir que “nada  es verdad ni es mentira, todo depende del lente de quien lo filma.” Si sabido es que toda obra de arte extrae inspiración de muchos lados que pueden ser vivencias, vidas prestadas u obras anteriores, el caso de Ed Gein y lo que provoca en el cine de terror para la segunda mitad del siglo XX es sin duda una de la mejores expresiones de que todos podemos narrar la misma historia, pero nunca obtendremos los mismos resultados. 

Ed Gein se considera como el primer asesino  serial que se convierte en toda una celebridad