Por José de Jesús Chávez Martínez

La fórmula perfeccionada por George A. Romero acerca de los muertos vivientes que sin explicación alguna son reanimados por una fuerza desconocida ha tenido altas repercusiones como subgénero del cine de terror. Ese apocalipsis donde los zombis comienzan a crecer en número y a alimentarse con carne humana, además de contagiar con mordidas a quienes atacan, no fue establecido por Romero en aquella célebre “La noche de los muertos vivientes” (1968), sino que ha sido una derivación de este arquetipo en múltiples películas posteriores.

El arquetipo zombi llega con “Cargo”, una versión australiana del subgénero que vale la pena comentar en estas fechas cercanas al Halloween. Andy Rose (Martin Freeman) navega por un río en un bote con ciertas comodidades cercanas a las de una casa, en compañía de su esposa Kay (Susie Porter) y de su hija, la bebé Rosie. Ellos escapan de una epidemia que convierte a las personas en zombis que, desde luego, se alimentan especialmente de carne humana. En cierta parte del recorrido encuentran un pequeño yate abandonado, el cual Andy explora y encuentra algunos víveres enlatados que les vienen muy bien porque sus provisiones estaban por agotarse. De regreso al bote, Andy se queda dormido y Kay aprovecha para regresar al yate a ver si encuentra algo más, pero es atacada e infectada por un zombi.

Luego de eso, dejan el bote para ir en busca de un hospital en una camioneta abandonada, pero sufren un accidente y Kay, antes de morir, muerde a Andy dejándolo infectado y con la urgencia de dejar a salvo a Rosie en 48 horas, que es el tiempo que tarda el virus del “zombismo” en desarrollarse completamente. La única salida la representa Thoomi (Simone Landers), una adolescente aborigen que se encarga de cuidar y de alimentar con animales a su padre, convertido ya en muerto viviente.

Esta cinta, como hemos visto, tiene dos convencionalismos del arquetipo zombi en películas similares: los muertos vivientes son torpes en sus movimientos y comen carne humana. Las diferencias están en que antes de comenzar su periplo carnívoro entierran la cabeza como avestruces y cuando el virus ya se ha desarrollado los infectados comienzan a expeler una materia, de color miel y viscosa, por los ojos, nariz y boca, señal de que ya no hay remedio.

Decíamos que vale la pena comentar este filme porque no es la típica persecución feroz que vemos, por ejemplo, en “Estación Zombie” (Yeon Sang-ho, 2016), sino más bien es un drama familiar donde dos enfermos terminales, Andy y Kay, tienen que actuar para salvaguardar a su pequeña hija. Además, muestra el tema racial mediante un grupo de aborígenes que simboliza el último reducto civilizado en esa área no especificada del desierto australiano. Esos nativos que sufren abuso por parte de Vic Carter (Anthony Hayes), un ranchero que los usa de carnada para atraer zombis y matarlos. Otra diferencia es que los pobres zombis deambulan como lo que son: unos enfermos/muertos que dan más lástima que miedo.

Además, la historia se plantea mediante poesía cinematográfica manifestada con el paisaje natural de Australia, con el misticismo y fuerza de los aborígenes y con la sensibilidad de Andy, que se aferra hasta donde puede a su última pizca de humanidad, alentado por el amor hacia su hija, una paternidad muy difícil de ejercer en tiempos de crisis. Cabe destacar que las escenas donde usan el perfume de Kay son de antología.

“Cargo” es una obra que conviene revisar por la intervención como codirectora y guionista de Yolanda Ramke (se nota la sensibilidad femenina) y por las actuaciones, sobre todo la notable interpretación de Martin Freeman, actor afamado por su participación en las películas de Marvel: “Capitán América: Civil War” (2016) y “Black Panther” (2018). Esta película aún está disponible en Netflix México.

Cargo. Año: 2017. Dirección: Ben Howling y Yolanda Ramke. Guion: Yolanda Ramke. Productor: Russell Ackerman. Productora: Umbrella Entertainment. Fotografía: Geoffrey Simpson. Edición: Danny Cooper. Intérpretes: Martin Freeman, Anthony Hayes, Susie Porter, Kris McQuade y Simone Landers.

Por José de Jesús Chávez Martínez

Comunicólogo egresado de la UAM Xochimilco. Profesor investigador en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Occidente Unidad Culiacán, con las líneas comunicación y educación, y el cine como dispositivo didáctico, de las cuales se han desprendido diversos artículos científicos y tres libros. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII). Desde 2021 es colaborador de correcamara.com