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2019-11-29 00:00:00

Joker y los demonios: reflejos del anarquismo al nihilismo

 

Por Miguel Tonatiuh

En 1869 se publica el libro “El hombre que ríe” la novela de Víctor Hugo que sirve de inspiración para el personaje del Guasón (o Joker)[1]. No es coincidencia que ese mismo año unos terroristas asesinaran a un delator (Ivanov) de la célula anarquista comandada por Nechayev en la Rusia zarista. Los dos hechos aislados que indudablemente no tendría ninguna relación para la gente de nuestros días, confluyen en la película “Joker” de Todd Phillips (2019). La novela, por su parte, es la historia de un hombre condenado a sonreír hasta su muerte y el segundo, un evento histórico, dio pie a que Fiodor Dostoyevski creara la novela de “Los demonios” (1872).  Solo diré que ambas obras están conectadas por un secreto vínculo nihilista. Y explicaré que pasarán muchos años para que esto suceda.

En este año 2019 se estrena Joker, un filme que pertenece al género del cómic; sin embargo  el tono realista de la trama nos hace pensar en una película de culto. Todo ello debido a la extraordinaria interpretación de Joaquin Phoenix que sale del género para adentrarse en esa clase de película clásica que sembrará en el espectador el desasosiego, como una revelación patológica que solo se le podría atribuir al teatro. Buena parte de este esfuerzo obedece al trabajo del actor que otorga ese toque sutil a esa forma de locura, incluida en cada una de las crisis del personaje (manifiesta a través del baile). Una caída estética que nos recuerda al nihilismo.  Esta es una palabra oscura, pues para la filosofía de nuestros días el nihilismo resulta del vacío de la fe en el progreso; el límite que toca esta realidad y se disuelve entre la nada de los actos humanos (incluida la política). “Joker” antes de ser un drama psicológico es la exhibición de un malestar social que los norteamericanos acostumbrados a reducir a temas psicológicos a asuntos de la infamia política y hacen de los problemas inestables de la sociedad un resultado lógico de análisis de la infancia de los antihéores (escuela de psicología social[2]).

Sin embargo, a pesar del determinismo, el problema que cruza el horizonte proviene de la estructura del drama que se decanta por el anarquismo manifiesto, encima de las funciones de un individuo ante la sociedad; muestra en serio padecimiento psicótico que raya en una crisis filosófica. En términos de acciones, voluntad y determinación, estos personajes están delimitados especialmente en la obra de Dostoyevski de la misma forma que en el filme lo demuestra: como parte de una revuelta. “Los demonios”, por ejemplo, muestran una lección incomparable de creación de personajes complejos como los terroristas del año 1869, especialmente dos los personajes que se asocian sutilmente a la obra del Joker: uno, Alexei Kirillov y el otro, Nicolai Stavroguin. Estos personajes clave describen los prototipos de nihilismo, el primero en el nihilismo divino que hace de la voluntad humana, la voluntad final o del destino negativo (el suicidio). Y el segundo, el que parte del cinismo destructivo hijo natural del organismo social con su mejor expresión que es de carácter político: Stavroguin.

Aunque lo social construye un mundo abyecto donde prevalece las estructuras aparentes por encima de lo que denominamos realidad, los dos nihilistas por antonomasia vuelven su rostro para mirar con circunspección la aparición de otro como ellos. El Joker anuncia una nueva era. La película de Phillips muestra a un Arthur Fleck desesperado que ve en la sociedad su único sistema de contención: una sociedad que va decepcionándolo, uno a uno va retirando los beneficios sociales y la atención necesaria de su malestar psicológico. Priva al personaje de lograr objetivos fijos como ser un comediante; por otro lado, le impide crecer laboralmente, tener una familia de manera convencional y adjudicarse derechos fuera de las obligaciones que tiene para con su madre. Conforme avanza el filme va creando una presión insana. El hombre de la risa, vive para la felicidad de otros como en la novela de Víctor Hugo. El mundo se lo niega. Cada una de estas accionas exasperantes, se convierten en contradicciones de un pernicioso personaje, llevado a la ataraxia por condiciones fuera de su control. He aquí donde alcanza un límite comparable a la acción de esos dos grandes suicidas en “Los demonios” de Dostoyevski. Al parecer, ambos (Kirillov y Stavrogin) gritan cínicamente al aire: “nadie puede detener la destrucción”. El personaje creado por Alan Moore que inspiró la escritura de este Joker, tiene una visión peculiar, llevada por Joaquin Phoenix al extremo. Arthur Fleck responde a un origen en los tebeos; sin embargo, no rehúsa a poseer una profundidad humana comparable a los personajes de la literatura clásica como las tragedias griegas. Resulta ambiguo considerarlo un nihilista que está condenado a reír, sumido en una contradicción extraña, la seriedad opaca al humor. Alan Moore creó en “Batman: the Killing Joke”[3] uno de los pocos anarquistas de la historia de los cómics que posee un fundamento racional, pero que se ha desquiciado por el proceso de degradación de la sociedad.

A pesar de su consideración, el cómic como su producto cultural, ha logrado a través del Joker una profundidad del personaje que lo lleva al ámbito trágico. Para ser preciso, Joker posee un carácter muy parecido al destino negativo de cualquier héroe de Sófocles o Eurípides. Eso coloca al filme “Joker” en la proximidad de los clásicos. Prueba de ello lo encontramos en el rotundo giro que en los últimos años ha dado las películas hiperrealistas como “Batman: el caballero de la noche” (2008) y ahora “Joker” (2019). Ambas películas exploran una hondura desconocida; puedo decir el cómic es el noveno arte que tanto se había esperado y que, por el conservadurismo colectivo, nunca había ocupado un lugar preponderante como lo está haciendo nuestros días. No sé si estamos listos para la evolución de este género de personajes haciendo un nuevo producto que se pueda convertir en un clásico ante el ambiguo paso de la historia.

Aunque el personaje de Joker no se llevará al extremo como los actos suicidas de un nihilista como Kirillov en “Los demonios” (en la repetición de la frase “todo está bien, todo está bien”); Joker, a diferencia de sus antecesores dostoyevskianos, se afirma ante la realidad negando el acto de muerte. Evita su auto aniquilación, pero sonríe enfatizando la muerte de los otros. En el fondo, sería todo lo contrario a cualquier otro suicida. Las palabras de un Joker nihilista serían “nada está bien, nada”.  Estaríamos hablando de un revolucionario en potencia, nos mostraría el rostro del desencanto que las sociedades modernas han creado con la explotación hombre por hombre; llevada a un punto sin retorno. Donde la ética resulta del discurso de validez del dinero y no de la aceptación de la identidad humana.

El filósofo Slavoj Zizek se ha expresado de forma certera al respecto: “Joker se convirtió en la imagen del nihilismo extremo, la violencia autodestructiva y la risa loca de desesperación de los otros”[4]. Sin embargo, al defender su pensamiento social, equivoca el resultado de sus actos: aunque muestra el estancamiento final del sistema existente, se revela, al final, la sociedad empeñada en su autodestrucción. Slavoj Zizek no registra que este colapso está descrito en la literatura del siglo XIX, en la dichosa novela “Los demonios”. Lo resuelve como un problema político, social, cultural y psíquico; dicha obra relata el asesinato de Shatov orquestado por Verjovenski sin recibir castigo alguno, sólo a los testigos les aplican el rigor de la ley. Y como consecuencia trae consigo los incendios de San Petersburgo. Ese movimiento de inspiración anarquista fue escrito con cierta precisión en alusión al primer líder de este movimiento llamado Nechayev. El colapso de la sociedad no es nuevo y ya fue relatado hace dos siglos en el libro escrito por Dostoievsky. Y aunque el drama de Joker está en ciudad gótica, lugar ficticio por antonomasia. En la analogía propuesta por Todd Phillips, la ciudad aludida no es real por lo tanto el drama de Arthur Fleck, solo puede habitar un lugar de la misma índole a través de la ficción. La analogía de Zizek sobre el capitalismo proviene de las declaraciones de Michael Moore (los cómics algo como han perdido gran parte de su inocencia original y no pueden recuperar eso. Y, al parecer, están atrapados en este tipo de ghetto depresivo de tristeza y psicosis[5]). El origen de este joker está peligrosamente vinculado con una forma de terrorismo decimonónico, nunca nuevo, nunca fuera de la ciudad y tampoco una clara señal de cambio del sistema político como el filósofo esloveno insinúa. Son solo convulsiones estéticas de un mundo que ya no comprende la estadía del hombre en él y simplifica su autodestrucción como lo han hecho generaciones anteriores durante la existencia humana. Sí es eso que llamamos Historia.

 

Fuentes hemerográficas y bibliográficas

Ávila, Raudel; Juan Villoro. Proceso. Reporte especial, noviembre de 2019, no. 2.

Camus, Albert. Los posesos, trad. María Teresa Gallegos, Madrid, Alianza, 2004.

Dostoyevski, Fedor. Los demonios I, Trad. Juan López Morillas, Madrid, Alianza, 2004.

Moore, Michael. “Joker”: la apasionada defensa de Michael Moore del filme protagonizado por Joaquin Phoenix; https://www.bbc.com/mundo/noticias-49973247 (revisado el 22-11- 2019).

Zizek, Slavoj. El filósofo Slavoj Zizek sobre la película ‘Joker’: “Es una imagen del nihilismo oscuro destinado a despertarnos”; https://actualidad.rt.com/actualidad/332587-filosofo-afirmar-joker-exponer-problemas-orden (revisado 22-11-2019)

 

Referencias citadas

[1] Raudel Ávila; “El hombre que ríe” en Proceso noviembre de 2019, pp. 14

[2] Creada por William James en el siglo XIX y que fue bautizada como escuela de psicología funcional.  Aunque en el siglo XIX la escuela de James resuelve el problema de una sociedad heterogénea en expansión ahora nuestros días resulta insustancial como herramienta de análisis ante la sociedad

[3] El cómic fue escrito en 1988 por Alan Moore; en él se muestra un tipo de Joker cruel y despiadado que lleva al límite la maldad provista por otros villanos anteriores: es la versión más cercana al Joker de Phillip Todd. Raudel Ávila, art. cit., pp. 14-15.

[4] Anclahttps://actualidad.rt.com/actualidad/332587-filosofo-afirmar-joker-exponer-problemas-orden (consultado 22-11-2019)

[5] Michael Moore publica en su twitter una opinión sobre la película, la traducción proviene del portal: Anclahttps://www.bbc.com/mundo/noticias-49973247 (revisado el 22-11- 2019).