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2019-10-16 00:00:00

Crítica: «Asfixia». Soledad que ahoga.

Por Lorena Loeza

Hay historias que sólo el cine puede hacer reales ante nuestros ojos. Y no porque no tengan un asidero de realidad, sino porque juegan con líneas argumentales que pocas veces vemos confluir en una misma historia, a pesar de formar parte de la abigarrada realidad por la que todos los días transitamos.

Este parece  ser el caso de “Asfixia” película dirigida por Kenya Márquez y que fue estrenada en la edición 16 de Festival Internacional de Cine de Morelia. Márquez, ya nos había mostrado su capacidad narrativa en cintas como “Fecha de Caducidad” (K. Márquez, México, 2012) donde al igual que en esta propuesta, construye personajes con matices muy particulares, que van transitando por amargas encrucijadas.

En esta ocasión, el relato se centra de manera particular en las mujeres y las diferentes violencias que enfrentan desde perspectivas comunes y a la vez lejanas. La película narra la historia de Alma (Johana Fragoso Bendl), una joven albina que sale de la cárcel por un delito que comete forzada por su pareja (Raúl Briones). Alma enfrenta la discriminación que sufren las mujeres en reclusión una vez que intentan insertarse de nuevo en la sociedad, cargando un estigma que la acompaña siempre.

Pero además de ello, Alma quiere recuperar a su hija, enfrentando a su violenta expareja y padre de la niña, que no piensa entregársela. En su búsqueda de trabajo para retomar el camino, la recomiendan para cuidar a un hombre hipocondriaco que teme asfixiarse mientras duerme. Pronto ese hombre (Enrique Arreola) será el principal apoyo emocional del que disponga para reconstruir su vida y recuperar a su hija.

El relato atraviesa por muchos tipos de discriminación y violencia de género, que finalmente coinciden en un punto en particular: las diferentes formas de lidiar con la soledad. A medida que la historia transcurre, los personajes afirman su evidente necesidad de pertenecer, de estar, de ser atendidos.

La dirección de Kenya Márquez permite a los actores construcciones muy sólidas de personajes complejos e intrigantes. Ese quizás sea el mayor acierto de una película que permite asomarnos a los laberintos que viven personas que tienen motivaciones muy diversas, pero que cumplen en su momento un rol importante en el desarrollo de la historia.

Se trata de un relato íntimo, que también toca temas colectivos como la precariedad del trabajo, el tráfico de medicinas, la discriminación al que es diferente, el racismo, la deshumanización urbana. Un retrato de la ciudad desde adentro, en una arista compleja que pocas veces se aborda en cine.

En general, una pieza cinematográfica que con todos los recursos de que dispone, logra que nos adentremos en el laberinto de historias colectivas asfixiantes y logremos mirarlas de un modo diferente.

Dirección: Kenya Márquez
Producción: Kenya Márquez, Iliana Reyes Chávez
Producción ejecutiva: Araceli Velázquez
Producción asociada: Roberto Fiesco, Santiago García Galván, Andrés Tagliavini, Miri Higareda, Martha Higareda
Guión: Kenya Márquez, Alfonso Suárez Romero
Fotografía: Javier Morón AMC
Dirección de producción: Lorenza Manrique Mansour
Sonido director: Toño Diego
Postproductor: Pedro de la Garza Apatiga
Edición: Miguel Schverdfinger, Gilberto Gonzáles Penilla
Diseño sonoro: Matías Barberis
Música: FESWAY, Sofía Orozco, Yolihuani Curiel y Fernando Arias

Reparto: Arreola, Enrique | Azul Magaña Muñiz | del Carmen, Mónica | Johana Fragoso Blendl | Martha Claudia Moreno y Mauricio Isaac | Raúl Briones