Crítica: «Peter Rabbit», de un clásico reducida a una payasada
Por Andrés Bayona
Desde su estreno, “Peter Rabbit”, la nueva y desgastada adaptación de Will Gluck acerca de las ilustraciones de la escritora Beatrix Potter, ha ganado notable atención, pero no necesariamente por las mejores razones. Un día después de llegar a las salas de cine, la cinta fue enérgicamente criticada por una escena en particular que hacía referencia a las alergias de alimentos.
Kenneth Mendez, presidente de la Fundación de Asma y Alergia en América (“Asthma and Allergy Foundation of America”), publicó una carta y un comunicado en Facebook, en donde señaló a los realizadores y a Sony Pictures por el cuestionable tratamiento que le dieron a una escena en donde Peter y los demás conejos, quienes están siendo perseguidos y amenazados por Tom McGregor (Domhall Gleeson) toman ventaja de una alergia que tiene a las zarzamoras. Como estrategia para combatirlo, le lanzan uno de estos frutos directo a su boca, lo que le produce asfixia y, como resultado, lo obliga a inyectarse “EpiPen” para controlar su alergia. En el comunicado, la fundación advirtió que la película podría ser “perturbadora” para el público infantil que sufre de este tipo de alergias e, incluso, amenazaron con realizar una marcha en contra de “Peter Rabbit”.
Como resultado, Sony tuvo que pedir disculpas. Pero, en realidad, el estudio debería pedirles también disculpas a los admiradores de Potter y, ¿por qué no?, a los personajes ficticios del universo que la escritora creó. En contados momentos, “Petter Rabbit” es perspicaz, pero en otros absurdamente fastidiosa, y es importante entender la diferencia. A pesar de ser sagaz, la cinta de Will Gluck (Easy A y Friends With Benefits) cae en el abismo de lo absurdo. Es como cuando alguien cuenta un chiste, después explica el significado del éste, sigue esforzándose por hacérselo entender a su audiencia y así sucesivamente.
Para los amantes de la historia original de Beatrix Potter, es mejor que eviten ver esta adaptación, ya que “Peter Rabbit” es fiel al material, por lo menos en los primeros 10 minutos, los cuales, debo admitir, disfruté.
Las ilustraciones de Potter son increíbles y por ello han perdurado en el tiempo. No obstante, los creadores de “Peter Rabbit” le apostaron a demostrar que un clásico puede ser mejorado con tan sólo inyectarle un toque modernidad y algo de “product placement”, con el propósito de atraer a las masas.
A pesar de sus fallas, la animación en “Peter Rabbit” es impecable; sin embargo, el espíritu de los libros de Potter brilla por su ausencia y, en lugar de aprovechar el material, la cinta de Gluck termina convirtiéndose en un caótico, violento y predecible relato sin mucho que aportar al género.
Al menor aprendemos algo: los conejos tocan las frentes para disculparse. Los realizadores quienes destruyen los clásicos, no tanto.
Director: Will Gluck.
Historia de: Beatrix Potter.
Música compuesta por: Dominic Lewis.
Productoras: Animal Logic, Columbia Pictures.
