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2017-04-11 00:00:00

Crítica: «Animal Vertical»; la paternidad salvaje

Por Samuel Lagunas

Estrenada en México en la función de gala del FICUNAM 2016 y presentada mundialmente en la Selección Oficial del pasado Festival de Cannes, llegó a carteleras comerciales, “Animal vertical”, película más reciente del cineasta francés Alain Guiraudie (1964). “Animal vertical”, que no es ni por mucho la mejor traducción del título original “Rester vertical” (literalmente “Mantenerse vertical”), nos presenta la historia de Léo (Damien Bonnard), un joven guionista de cine que viaja a una zona rural de Francia en busca de inspiración y elenco para su nueva película. Allí conocerá a Yoan (Basile Meilleurat), un adolescente itinerante y hedonista que vive en casa del viejo Marcel (Christian Bouillette), siempre hermético y con temperamento beligerante. Tras oír cómo Yoan rechaza la invitación a entrar al mundo del cine, Léo continuará su camino y se topará con Marie (India Hair), madre de dos hijos y ayudante en el cuidado de las ovejas de su también indescifrable padre Jean-Louis (Raphaël Thiéry).

En su primer acto, “Animal vertical” cuenta el principio y fin de una historia de amor más o menos convencional salpicada de continuos momentos humorísticos gracias a la relación de Léo con su productor de quien siempre obtiene nuevos adelantos a pesar de que nunca comienza a escribir nada. El decaimiento de la vida en pareja se apresura tras el explícito nacimiento de un nuevo niño: la vida sexual se torna súbitamente apática e inane, las palabras entre ambos son cada vez menos y, de pronto, Marie simplemente desaparece dejando al crío en manos de Léo quien tiene que enfrentar las vicisitudes de la paternidad en compañía del hosco abuelo Jean-Louis. En este momento la cinta revela sus intenciones más profundas y se muestra como lo que es: una punzante y cínica crítica de las masculinidades hegemónicas.

El personaje de Léo, tan patético como entrañable, se convierte en un ejemplo rotundo de una paternidad anómala y salvaje forjada fuera de los roles tradicionales. El espectador no encontrará en “Animal vertical” imágenes autocomplacientes que cifren la ternura de la relación padre-hijo; en cambio, se topará con una ternura mucho más visceral y, tal vez por ello, mucho más humana; encontrará también amplísimos pastizales, ovejas asesinadas en medio de la noche, recorrerá una cabaña donde una extraña doctora realiza terapias con árboles y presenciará abruptos e inesperados primeros planos y una detallada secuencia donde el amor y la muerte revelan su incómoda continuidad.

Guiraudie vuelve a adentrarse en el mundo de las relaciones entre hombres (como lo hizo en “El desconocido del lago” [2013]) diseccionando con agudeza las lealtades, traiciones, complacencias y ridiculeces que pueden darse al margen de un contexto heteropatriarcal urbano. “Animal vertical” es, así, una tragicomedia insólita no sólo por el argumento que se va tornando cada vez más extraño sino por la osadía que de nueva cuenta emplean Giraudie y su fotógrafa Claire Mathon para retratar el cuerpo humano y su sexualidad. Por momentos difícil de digerir, la cinta consigue en el final reflexionar con ironía sobre la ferocidad de una moral burguesa que pone en vilo y amenaza todo aquello que no se le parece. Ante esa continua hostilidad, mantenerse firmes en nuestras elecciones y afinidades sí que es una labor riesgosa y apremiante ya que en ella se pone en juego todo lo que somos y lo que tenemos: nuestra vida.

Ficha técnica:

Título original: Rester vertical. Año: 2016. Duración: 100 min. País: Francia Dirección/Guion: Alain Giraudie. Fotografía: Claire Mathon. Edición: Jean-Christophe Hym. Reparto: Damien Bonnard, India Hair, Raphaël Thiéry, Basile Meilleurat, Christian Bouillette, Laure Calamy.