Crítica: «Revenant: El renacido»: ¿el guión al servicio de la fotografía?
Por Gustavo Ambrosio
Por ahí, en una de esas mesas redondas que arman ciertos medios estadunidenses previo a la ceremonia del Oscar, a Alejandro G. (porque ya no le gusta que le pongan el González) Iñarritu aseguró, frente a autores como Quentin Tarantino, que la historia en el cine es lo que menos importa (ceja levantada de Tarantino).
Dicha aseveración parece hacerse visible en su nueva película "Revenant: El renacido" (The Revenant, 2015). Quizá el trauma de su escisión de Guillermo Arriaga, o el no saber escribir un guión como tal (no, Birdman fue mérito de sus co-guionistas) lo lleve a alzar la voz en torno a ese mantra tan de moda en el cine que defiende Reygadas o el mismo Abbas Kiarostami.
La premisa de "El renacido" es tan sencilla como el "Gladiador" de Ridley Scott con una pizca de "Danza con lobos". Hombre blanco bueno y nada racista se quiere vengar del hombre blanco racista avaro que es muy malo en medio de un contexto hostil.
Así como lo hizo Cuarón con "Gravity", Iñarritu se apoya en una estructura básica y sencilla para crear una historia funcional, efectiva, de valores universales (¡y basada en hechos reales!), sobre la superación del ser humano. Pero a diferencia de la cinta de Cuarón, la línea y drama de la multinominada película del director de "Amores perros" carece de un eco original y sobre todo de una historia memorable. Porque claro, la historia no importa mucho.
En cambio, la fotografía sí importa, y vamos, quién mejor que Emmanuel Lubezki para capturar la belleza violenta de la naturaleza. Esta película no es el guión, ni tampoco Iñarritu, que vaya, debemos aplaudirle porque dirigir esas escenas de acción debió costarle mucho trabajo, pero este trabajo es 100 por ciento Lubezki. No hay más.
Estamos ante uno de los mejores trabajos de cinefotografía de los últimos años, con tomas complejas y sensoriales que pocas veces vemos en pantalla. Lubezki es el responsable de que este proyecto brille sobre el resto porque da cuenta que, efectivamente, a veces la imagen puede sobreponerse y lograr más expresividad que muchas veces situaciones de acción entre personajes.
Leonardo Di Caprio hace uno de los mejores papeles de su carrera, por el esfuerzo físico y emocional que implicó hacer su personaje, acompañado de secundarios bien actuados aunque la naturaleza aquí es la única protagonista.
¿La música y el sonido? Sin palabras, uno de los mejores trabajos sonoros del año. Un montaje de sonido impecable.
Seamos muy, muy sinceros. Sin la fotografía del “Chivo” , "Revenant: El renacido" sería una película del montón, con una historia achatada, que pudo haber durado una hora menos. A lo mejor a Iñarritu, al ver las películas que hizo su compatriota con Terrence Malick, sintió una necesidad de realizar “algo así”. La diferencia es que Malick es un poeta y filósofo, y aunque sus historias sean sencillas, tienen suficiente contenido para ir más allá de la narrativa convencional. Pero no todos son Malick, algunos sí necesitan el guión y la historia para que su película pueda resultar grandilocuente y no sólo un mero ejercicio de demostrar que se es un buen director.
