Colombia, Venezuela, Argentina y México triunfan en el 56 Festival de Cine de Tesalónica
Mexicanos -y latinoamericanos- por el mundo
Por Fernando Moreno "El More"
Desde Tesalónica
Termina una edición más de uno de los festivales más antiguos de Europa y de nuevo hago un recuento de lo sucedido a orillas del Egeo.
Hace poco más de un mes tuve la oportunidad de viajar a Portland al Latinamerican Film Festival de esa ciudad para dar una plática sobre el estado de salud del cine en castellano producido en nuestro continente.
La tesis que sostuve en mi presentación -se vive un gran momento en al menos media docena de países al sur del río Bravo- podría haber sido reforzada de manera contundente de haber conocido entonces el palmarés de la edición 56 del Festival de Tesalónica que recién termina.
Al triunfo de Gabriel Ripstein como mejor director por "600 millas" se sumaron los de la co-producción mexicano-venezolana "Desde allá" -premio a mejor guión y mejor actor-, los de la cinta colombiana "La tierra y la sombra" -premio especial del jurado, premio de los derechos humanos y premio del público- y el Alejando de Bronce para la película argentina "Camino a La Paz".
Si bien es cierto que existe un largo romance entre el concurso de Tesalónica y el cine mexicano que ha cosechado una buena cantidad de premios en años recientes -"Norteado" (Rigoberto Pérezcano), "Canícula" (José Alvarez), "La jaula de oro" (Diego Quemada-Diez), "Partes de familia" (Diego Gutiérrez), "La tirisia" (Jorge Pérez Solano)- también es cierto que desde Argentina hasta Guatemala, pasando por Perú, Brasil, Chile, Venezuela o Colombia se están haciendo cintas que están llamando la atención en festivales de todo tipo alrededor del mundo.
Muestra de ello son los triunfos de "Tropa de élite", "La teta asustada", "El club" o "Ixcanul" en Berlín; "Los hongos", "Los insólitos peces gato" y "Navajazo" en Locarno; "Heli", "Chronic", "La tierra y la sombra" en Cannes, o "Pelo malo" en San Sebastián. Títulos que, separados a propósito en mi selección como ejemplos por varios años de diferencia, buscan soportar de nuevo mi idea de Portland: lo que está sucediendo no es una casualidad ni obedece a una moda.
Las razones para este buen momento parecen ser varias. Además de una serie de políticas similares que han incentivando la producción a través de estímulos fiscales en varios países es posible ver que se va construyendo una eficiente red de festivales en la región que asiste y dialoga con representantes de eventos de todo tipo en la zona, Europa y Asia.
Por otro lado también resulta importante destacar el papel de la educación cinematográfica académica en el repunte del área con las 3 escuelas de cine en activo reconocidas por CILECT en México -CUEC, CCC y la Ibero-, y las que funcionan desde hace años en Brasil, Colombia, Argentina, Uruguay, Ecuador, Chile y Cuba donde se han formado nuevas generaciones de realizadores de estos y otros países del continente.
Por este trabajo serio, y sin duda por la existencia innegable de talento, es que en un palmarés como el de el recién terminado festival de Tesalónica apenas quedaron oportunidades para un par de películas escandinavas y la cinta local que ganó mejor producción griega.
Para no caer en triunfalismos, y sin olvidar el buen sabor de boca que siempre me dejan las crónicas de esta columna al ver triunfar a directores talentosos, queda como asignatura pendiente encontrar mejores condiciones de exhibición de estas cintas multipremiadas en sus propios mercados. Algo en lo que sin duda falta mucho por hacer.
De eso y más seguimos platicando en la próxima entrega de mexicanos - y latinoamericanos- por el mundo. Un abrazo.
El More
FOTO DE INICIO: Tim Roth en "600 millas"
