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2015-05-23 00:00:00

Cannes 2015: «Mountains may Depart» (Los montes pueden viajar) de Jia Zhang-Ke


Por Jean-Pierre Garcia
En competencia

Se conoce muy bien en el mundo de los festivales internacionales a este joven maestro chino ( nació en 1970 y estudio cine en Beijing). De Venecia a Cannes se llevo ya varios premios incluyendo el León de Oro de la Muestra italiana. Su carrera cuenta con nueve largometrajes de ficción y unos cinco documentales. Su trabajo autoral se apoya en la realidad al mismo tiempo que no se considera como un cineasta realista al estilo clásico.

Jia Zhang-Ke en "Los montes pueden viajar" nos lleva a1999, a la víspera del cambio de siglo. Es una historia de amor y amistad entre tres jóvenes, una chica Tao y dos jóvenes que la conocen desde la niñez, Zhang y Lianzi.  Tao es profesora de danza. Zhang posee una gasolinera y sueña volverse rico mientras Lianzi trabaja en una mina de carbon.
Tao escoge casarse con Zhang, al año tienen un hijo al que deciden llamar "Dollar".  El director nos da dos citas más,  una en 2005 y otra en 2025. De cierto modo nos cuenta los sueños de una vida mejor como de la perdida de esperanza están enfrentados los Chinos tanto en su propio país como en el exilio en Australia. Tres momentos de la vida de estos amigos, tres períodos de la China contemporánea, tres formatos de imagen. La película pasa del 1:33 en la parte inicial (1999) al formato estándar 1:85 (2015) y acaba en pantalla amplia (2025).

La parte inicial lleva un cierto contenido nostálgico, pues se trata de la juventud de los héroes y de las decisiones que van a dar forma a toda sus vidas, los colores son más grises a pesar de la canción Go West, un éxito de los noventa que hoy suena tan horrible, pero que significa para ellos la juventud, su juventud. Estos años en que China entro directamente en una economía capitalista (muy específica), llevan todavía y simbólicamente elementos de la vieja propaganda del maoísmo (en varios documentos en video mezclados con las images de ficción). El formateo estándar de foco corresponde con los aspectos mas melodramáticos: ya la pareja se separo, Zangh se fue a la capital y se lleva a su hijo Dollar para que consiga una educación moderna (en inglés), Lianzi se casó y es padre, pero pierde su trabajo y se esta muriendo de cáncer. Pues no tiene el dinero para poder pagar un  hospital que lo cuide. Otro retrato impresionante, es el de Dollar, un niño de siete años que viene a su ciudad natal para el entierro de su abuelo materno y se comporta con una crueldad pretenciosa y ciega al dolor de su madre.

Unos colores de tono verde-gris acompañan a este período en que se muestra muy bien la realidad de una China de muy pobres y de muy ricos.

La última parte de la película,  usa planos amplios para dar vida a un mundo de chinos muy ricos que se exiliaron en Australia y siguen acumulando riquezas. Dollar vive con su padre en un condominio aislado y tan moderno que es cuasi surrealista. Ya padre e hijo no se entienden, pues Dollar  olvido el chino de su niñez, ya no habla más que inglés y no puede comunicarse con su papá. Necesita una traductora. Los colores pegan fuerte, son muy contrastados y ellos también parecen olvidarse de los tonos tradicionales de la cultura China.

Jia Zhang-Ke confirma la madurez de su mirada en lo que toca a su análisis de la realidad del mundo chino como en su propia expresión artística.

Apuesto que lo veremos ganarse uno de los premios importantes del jurado del 68 festival de Cannes.