El portal del cine mexicano y mas

Desde 2002 hablando de cine



Noticias

2015-04-13 00:00:00

Crítica: «El club de los incomprendidos», nostalgia por John Hughes

Por  Carlos Ham

Las películas de John Hughes son sinónimo de la comedia de los años 80. Hughes definió el cine  para adolescentes con películas como “Un experto en diversión” (Ferris Bueller's Day Off, 1986) la cual, en 2014, fue seleccionada para ser preservada por su valor "cultural, histórico o estéticamente significativo”. La obra del director, productor y escritor americano, como mucha de la narrativa juvenil, se enfoca en sus personajes: personajes con defectos y aspiraciones que los distinguen y les da valor humano. La influencia del director se siente aún en el género que ayudo a popularizar, una influencia que el debut de Carlos Sedes traiciona con desvergonzada admiración. Basado en la popular serie hispana de libros juveniles del autor Blue Jeans (en serio), “El club de los incomprendidos” nos remite a Hughes desde su sinopsis.

Valeria (Charlotte Vega) es una típica adolescente española, hija de padres recientemente separados, y víctima de un “secuestro”, lo que es tener que mudarse. Pronto, Valeria se ve obligada a asistir a reuniones grupales junto con el orientador y otros chicos problema del instituto. Diferentes como son, estos jóvenes inadaptados terminan formando el titular club de los incomprendidos. La lista de miembros incluye a los sospechosos usuales del género: la princesa, el galán, la deportista, la friki, la criminal,  y el blanco de los abusivos. Estereotípicos como podrán ser, el joven reparto brilla en los momentos de vulnerabilidad y camaradería. El modelo incuestionable es, desde luego, El club de los cinco (The Breakfast Club, 1985) de Hughes. Empero, las influencias no se detienen ahí; las referencias son tantas y tan dispares como son las historias de James Joyce, el inconfundible sillón de la comedia situacional “Friends”,  o “La vida es bella” (La vita è bella, 1997) de Roberto Benigni. Esta última siendo fuente de la reconocible frase “Buongiorno, Principessa”, que inspira el título original de la novela, “¡Buenos Días Princesa!”—una alusión por demás confusa.

Eventualmente, los amigos dejan los confines de la biblioteca y se aventuran a las calles de Madrid. Los inevitables triángulos amorosos no se hacen esperar; súbitamente, el grupo es relevado a segundo plano, y los miembros abandonan uno por uno el club. “Bruno ha abandonado el grupo”, “Meri ha abandonado el grupo”,  notifica el chat, metáfora por demás cruda pero clara. Por su parte, Elisabeth (Michelle Calvó) y Valeria compiten por la atención de Raúl (Àlex Maruny), quien es fácilmente el personajes menos interesante del conjunto por más que Valeria diga que es “amable”, o  “guapo, inteligente, y ahora resulta que también rico”. Queda, por tanto,  en manos del rival Cesar (Patrick Criado, personificando a Ferris Bueller), el aportar algo de dinamismo—resalta una escena dentro de un túnel automovilístico que si bien es prácticamente calcada de “Las Ventajas de Ser Invisible” (The Perks of Being a Wallflower, 2012), posee un raro giro propio.

John Hughes no es universalmente amado, filmes como “Dieciséis velas” (Sixteen Candles, 1984) reflejan sensibilidades de su tiempo y cultura que pueden ser extrañas para la audiencia moderna, pero esa misma cualidad, esa misma temporalidad, les da permanencia. ¿Aspira “El club de los incomprendidos” a ese tipo de relevancia? Probablemente no, no cuando se privilegian canciones pop por encima de la narrativa. Lo decepcionante es que el filme posee bases solidas, pero no consigue construir sobre ellas. Todo considerado, “El club de los incomprendidos” cumple con entretener, pero no tendrá mayor permanencia que la de un mensaje de whatsapp.

Estreno en México Mayo 29