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2014-10-24 00:00:00

FICM 2014: «Güeros» y «Los ausentes», dos miradas, dos cines y dos Méxicos

Por Sergio Huidobro
Desde Morelia

La selección oficial del 12º Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) continúa elevando la apuesta. En un acierto de curaduría que no parece casualidad, la capital michoacana recibió hoy el estreno de “Los ausentes”, sexto largometraje de ficción de Nicolás Pereda, y el que quizá sea el estreno nacional con mayor expectativa previa en la competencia: “Güeros”, de Alonso Ruizpalacios.

El acierto radica no en la combinación sino en la divergencia de las miradas y las propuestas fílmicas, que representan, cada una, rupturas en diferentes niveles y entablan un diálogo involuntario entre el México urbano y el del interior. Aquí, las primeras impresiones.

Los ausentes

Cuenta el dicho que quien ve una película de Nicolás Pereda ya las vio todas. Pero nadie que haya visto todas opinaría lo mismo. El empeño de Pereda por la radicalidad puede exasperar con y sin motivos, pero la disciplina de sus búsquedas formales es consistente y con frecuencia reporta resultados.

En “Las ausencias” el ojo está puesto en la memoria y la relación con el entorno, temas amplios por donde se les mire. ¿Pretenciosos?; quizá. ¿Inagotables?; también. Un hombre que ronda los 70 años vive solo, en una casa improvisada e indocumentada en medio del follaje, en alguna localidad de la costa mexicana. Tiene dos cabezas de ganado, un revolver viejo y poco más. El arma es el puente de unión con sus recuerdos. Hubo un día, en la juventud, en que utilizó la pistola para algo más. Entonces ya habitaba esa misma casa, que está a punto de ser demolida como consecuencia de una decisión legal adversa.

Pereda convierte este delgado argumento en un buen pretexto para deslizar su cámara por paisajes naturales brutalmente vivos pero marcados, como el título indica, por la ausencia y el silencio.

Güeros

La anticipada ópera prima de Alonso Ruizpalacios comienza con la sospecha de que ya la vimos y se llamaba “Temporada de patos.” La intuición se difumina con el correr de los minutos, mientras somos absorbidos por una extraña “road movie” sobre la adolescencia y la nostalgia, cristalizada esta última en una avalancha de símbolos que apuntan directamente a la juventud de inicios del siglo actual: casettes, sonidos vintage, Agustín Lara y el Consejo General de Huelga, el cine rodado en blanco y negro en pantalla 4:3.

A diferencia de la película de Pereda, Alonso Ruizpalacios constriñe y dosifica sus evidentes ansias de experimentación para mantener siempre una comunicación directa con el público. “Güeros” es emotiva, estimulante, divertida, sincera, extraña y crítica en niveles insospechados, no siempre evidentes, como aquel momento en el que el personaje de Tenoch Huerta es cuestionado por su hermano menor sobre su renuencia a participar en las asambleas y marchas universitarias; confundido, le espeta en la cara: “Estamos en huelga de la huelga.”

Es, al mismo tiempo, un inusitado “filme de carretera” cuya trayectoria son los mil rostros de la ciudad de México, capturados con emoción e ironía por  la cámara de Damián García, quien con justicia consiguió el premio a la fotografía en el reciente Festival de Tribeca. De las barriadas del sur hasta la Lagunilla, la UNAM o la salida a Texcoco, “Güeros” captura esencias chilangas diurnas y nocturnas con una transparencia refrescante.

Sin que lo pretenda de forma explícita, “Güeros” toma la forma de un manifiesto generacional y, a la vez, examen crítico de su propia generación. La coyuntura ha querido que su estreno en el FICM se vea rodeado por un entorno estudiantil adverso y punzante, lo que multiplica y ahonda sus lecturas.

Foto: "Los ausentes" de NicolásPereda