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2014-07-30 00:00:00

Guanajuato premia a sus propias historias en la segunda etapa del GIFF 2014

Por Sergio Huidobro
Desde Guanajuato

GUANAJUATO.- Desde las cordilleras hasta los callejones, desde las grandes ciudades coloniales hasta los poblados de menos de mil habitantes y desde las viejas minas hasta las universidades, Guanajuato hierve de historias que necesitan ser contadas.

El proyecto “Identidad y Pertenencia” del Guanajuato International Film Festival nació y se mantiene con esa vocación en la mira, impulsando a jóvenes cineastas debutantes, que estudien en universidades de la entidad, a contar sus primeras historias de forma profesional y a compartirlas con el público.

El resultado son cortometrajes documentales que, las más de las veces, rebosan sinceridad, entrega, humanismo profundo y una profunda vocación por narrar, denunciar, celebrar o reivindicar.

Durante la jornada inaugural de la segunda etapa del GIFF 2014, en el Auditorio del Estado de la capital guanajuatense, fueron mostrados los seis proyectos que llegaron al final del camino, después de un año de talleres, asesorías, rodajes, posproducción, contratiempos, reescrituras y reveses.

Este año, “Identidad y pertenencia” ha tomado un lugar de honor, pues ha sido el banderazo de apertura de un festival que en su próxima edición alcanzará la mayoría de edad. Se trata de una apuesta por las historias del propio Guanajuato, por sus héroes cotidianos, sus múltiples pasados, sus heridas, sus victorias y sus apuestas por el futuro. Incluso en una región definitoria para la historia mexicana, estos relatos verdaderos se desvanecen continuamente en el aire, a menos que el cine los rescate y los resguarde.

Un jurado de profesionales del cine, presidido por el cineasta Carlos Hagerman, entregó hoy los premios a los tres primeros lugares de la competencia. La ceremonia fue conducida por Francesca Guillén, Tenoch Huerta y la presidenta del GIFF, Sarah Hoch.

El primer premio correspondió a “El noveno horno”, revelador perfil de un muchacho de 14 años, imbuido en el entorno rural, para quien la lucha diaria contra la adversidad representa una apuesta constante por la fortaleza. Se trata de un personaje complejo, ejemplar en el rol que juega en su comunidad pero lleno de claroscuros, fruto de un pasado sombrío y un entorno familiar árido.

El segundo lugar fue para “Mayo”, que aborda las varias dimensiones del maíz (mítica, económica, alimentaria, estética, social) en el seno de la comunidad otomí más importante de Guanajuato. Sus protagonistas entablan monólogos frente a la cámara mientras desarrollan sus tareas cotidianas, divididos entre el respeto a las tradiciones comunitarias y la sombría incertidumbre de las nuevas generaciones de la localidad.

El tercer lugar fue otorgado a “Minero fui”. Se trata de la revisión íntima de la industria fundacional de la economía guanajuatense (la minería) a través de uno de sus anónimos protagonistas contemporáneos: un minero retirado, quien recuerda el último auge de las minas con una mezcla de cariñosa nostalgia y horror por los estragos de la actividad.

Foto Graciela Sánchez Silva