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Reporte de la semana

2012-11-26 00:00:00

Cinecrítica: «Post Tenebras Lux». Después de la oscuridad más de lo mismo

Post Tenebras Lux: Después de la oscuridad más de lo mismo

Por Déborah Farjí Núñez

Escrita y dirigida por Carlos Reygadas ("Batalla en el cielo", 2005) "Post tenebras lux" es el cuarto largometraje del realizador mexicano, mismo que le hiciera acreedor al premio de mejor director en la última edición del Festival de Cine de Cannes.

De manera no lineal, narra las aflicciones de una familia, aquellas que surgen cuando el hombre del campo y el hombre de la ciudad conviven en medio de la naturaleza. Presenta a Natalia y Juan, una pareja que se ha mudado con sus dos hijos pequeños (Rut y Eleazar) al bosque de Tepoztlán. El padre es adicto al placer sexual y un empleado suyo, El Siete, lo conduce a pedir ayuda en un centro de rehabilitación del lugar. Sin embargo, El Siete aprovecha la ausencia de la familia para asaltar su casa. Juan descubre el robo y su amigo lo hiere de muerte.

La trama se torna confusa ya que se desarrollan historias paralelas, contadas de modo surrealista a través de inquietantes secuencias de sueños.

No alcanza la categoría de vanguardista, ya que el autor se centra más en provocar al público que en transmitir auténticamente la complejidad de su relato. No lleva a nada, se siente opaca, y el argumento resulta ininteligible. Escenas de una crónica convencional, entreveradas con elementos que parecen tener poca relación con el resto: secuencias de una cena de la alta sociedad, en la que aparentemente vemos a Rut y Eleazar unos años después; un partido de rugby en una escuela de niños en Inglaterra; o una sauna de swingers en Francia.

La extrañeza de la película radica no sólo en su fragmentación extrema, sino en su ejecución visual a cargo de Alexis Zabé ("Luz silenciosa", 2007). Si bien el collage de imágenes y los sonidos de la naturaleza evocan a "El árbol de la vida" (Terrence Malick, 2011), el gran angular distorsiona, desdibuja, magnifica y, por ende, marea. Esta película tiene más en común con el video arte que con el lenguaje cinematográfico.

No es extraño que a la crítica internacional se le haya puesto los pelos de punta con el jurado de Cannes, quien últimamente le ha dado por premiar cualquier cosa, específicamente mexicana. Será quizá por lo exótico que representa nuestra cultura para ciertos extranjeros y más cuando a los realizadores nacionales les da por provocar sin más que por ocuparse en contar una historia sencilla que nos deje, por decir algo, verdadera honra.