El portal del cine mexicano y mas

Desde 2002 hablando de cine



Noticias

2009-12-08 00:00:00

Que llegue a Obama 'Elvira', desea Javier Solórzano Casarín

Por Leticia Carrillo

Foto: Paulo Vidales/Imagen Latente

Después de su estreno en el Festival de Morelia, su paso por el de Acapulco y el anuncio que será parte de la programación del próximo certamen fílmico en Guadalajara, el documental Elvira hará una escala en el Festival de Cine en Zacatecas Fronteras Migrantes que se llevará a cabo del 10 al 13 de diciembre.

Su director, Javier Solórzano Casarín, dijo que su “mayor ambición” es que su ópera prima se exhiba en Estados Unidos para que los “ciudadanos americanos comunes y corrientes” cambien su percepción sobre Elvira Arellano, la mexicana que recibió el mote de “Miss Terrorista” por parte de los medios de comunicación estadounidenses: “Si pudiera llegar a las manos de Obama, como pasó con Los que se quedan (Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman), sería una maravilla”.

Elvira retoma el caso de la migrante que después de trabajar varios años en territorio estadounidense, fue arrestada y acusada de falsificar documentos de identidad, y que cuando tenía que presentarse ante las autoridades migratorias de ese país, pidió asilo en una iglesia para evitar ser deportada y separada de su hijo Saúl, norteamericano de nacimiento.

“Lo que ella hizo fue poner su caso enfrente de todo mundo y mostrarse como ejemplo de lo que vive mucha gente. Elvira entiende que no está bien lo que hizo pero dice que una cosa es eso y otra cosa es que la llamen criminal y terrorista y que digan que porque entró a un país para lograr un mejor nivel de vida para su familia, representa una amenaza a la seguridad nacional”, expresó el director sobre la protagonista del documental.

Solórzano Casarín mencionó que “la dignidad, la fortaleza y la imponente e impresionante fe en lo que estaba haciendo” fueron los aspectos que le llamaron la atención de la michoacana nacida en 1975 y lo convencieron de desarrollar este trabajo sobre un tema tantas veces tocado como el de la migración pero al que ella le confirió “frescura, originalidad y novedad”.

El novel cineasta relató que su papá, el reconocido periodista Javier Solórzano, le sugirió darle continuidad a ésta historia que en un principio era una tarea escolar: “esto tiene el potencial para ser algo más interesante, más profundo y de mayor ambición”, afirmó Solórzano Zinser.

De esta manera, el realizador estableció que una de las pautas por las que se regiría el relato fílmico sería la confrontación entre dos ideas: por un lado, la paranoia que permeó a la sociedad estadounidense después de los ataques del 11 de septiembre a causa de los cuales cualquier extranjero indocumentado representaba una amenaza; y por otro, los migrantes que entran a Norteamérica como “refugiados sociales, refugiados de la pobreza”.

Así, Javier Solórzano Casarín se dio a la tarea de conseguir material visual de agencias de noticias y de entrevistar a algunas figuras relacionadas con el tema como a “gente de la oficina del Gobernador y del Alcalde, algunos minutemen (grupo armado que vigila localidades fronterizas para impedir el paso de migrantes a territorio estadounidense) y al Sheriff de la localidad, que piensa que los indocumentados son criminales que van a aprovecharse de Estados Unidos”.

El director contó que él estudió cine en Chicago y que nunca fue discriminado pero sí se dio cuenta del maltrato al que son sometidos muchos connacionales en dicha ciudad del Estado de Illinois. Sin embargo, consideró que los mexicanos que vivimos en el país: “somos responsables social y económicamente de que miles de mexicanos se vayan desterrados y además nosotros tratamos peor a los centroamericanos que cruzan México para ir a Estados Unidos pero no somos conscientes de esto porque estamos muy acostumbrados a apuntar siempre al otro lado”.

Finalmente, Javier Solórzano Casarín destacó que este proyecto “se convirtió en algo mucho mayor, algo que rebasó mis expectativas, me di cuenta de la importancia de lo que estaba haciendo, yo no veía a Elvira sólo como un personaje sino como un ser humano que motiva a hacer cosas excepcionales. Gracias a ella aprendí a creer en lo que haces, en tus principios y convicciones, a luchar por lo que para ti es importante, a estar dispuesto a sacrificar cosas para lograr algo más grande a largo plazo”.